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El hecho del supuesto golpe a Juan Gómez,
solo fue un par de empujones, típicos de los que ocurren siempre con la llegada
de cualquier funcionario nacional y que lamentablemente, esto es una rutina
habitual entre los periodistas.
La llegada de la ministra, Débora
Giorgi como la de todos los otros funcionarios del orden nacional que llegan a
San Luis, lo hacen con el recelo lógico de quienes llegan a una provincia donde
se sabe, hay operadores mezclados con la prensa. Por ese motivo es que siempre
aparecen los guardaespaldas con más rigor que en otras coberturas. Muchos no saben quiénes son periodistas y quiénes
son los servicios de información que envía la contra.
Por ese motivo es que se entiende
este tipo de prepotencias, no justificadas por nadie.
Si, es necesario aclarar que nunca
hubo golpes, ni agresiones físicas que impidieran el libre ejercicio de la
prensa. De hecho, se logró embretar a la ministra con la misma pregunta: ¿Hay
un acuerdo o no con el Gobierno provincial?. Lamentablemente esa pregunta no
fue respondida, pero se podría decir que esa pregunta y esa respuesta fueron
muy importantes, para quienes sabemos trabajar periodísticamente.
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