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Carina es una cordobesa común, de la familia, de su gente...
pero lo diferente es que ha llegado hasta Africa con su espíritu solidario, marcado por los Salesianos
Nota: María Soledad del Valle Rodrigues A.
Carina Bustos es una chica argentina, más precisamente cordobesa, que estuvo visitando San Luis durante el fin de semana pasado. Su misión por Africa en carácter solidario en medio de un ámbito tan diferente merece el reconocimiento de distintos sectores sociales, para fomentar estos ejemplos de verdadero altruismo entre nosotros.
Ella tiene 30 años de edad y estudió profesorado en Ciencias Sociales y Geografía, en la Universidad de Córdoba, había dado 2 años de clases, cuando fue convocada por los Salesianos de Río Tercero por haber sido «scout» desde los 10 años junto a sus hermanas.
«Íbamos en familia, al principio por entretenimiento, luego me fui comprometiendo, de modo que empecé a ser animadora del grupo, y después en la adolescencia y ahora sigue siendo una parte importante de mi vida que me ha llevado a madurar otros valores que también los venía trabajando y haciendo a cerca de la familia» dijo.
PDSL: ¿Consideras que tuviste suerte de haber sido invitada a ir a Sudáfrica?.
C.B. Sí. En realidad, con este grupo misionero veníamos trabajando desde hace años. Algunas misiones dentro del país. Algunos chicos iban a Salta, lo último que yo hice fue trabajar en una villa de Córdoba.
De lo simple de cada día , hacer algo diferente y ayudar a gente que lo necesita. Además de darme cuenta que me gustaba todo ese carisma de trabajar en equipo, de conocer las formas de pensar. Pensaba muy diferente de la gente que vive en la villa hasta que fui a trabajar allá. Por que uno muchas veces juzga desde afuera, y elabora concepciones, que muchas veces elabora, sin conocer. Por que podes entenderlo cuando uno comparte con ellos.
Hice una carta pidiendo hacer un voluntariado fuera del país. Ahí fui un año y medio al Matogroso en Brasil, donde trabajamos con etnias aborígenes, y realizamos también actividades para el desarrollo de la salud de la mujer, desnutrición , y actividades educativas y por la tarde enseñaba Español, en las escuelas que tienen el problema con los aborígenes. En Brasil hay mas de 300 etnias. Hay mucha gente que todavía vive en aldeas. Dejándole su libertad de vida pero sin modificarle la forma en que ellos viven.
También vi mucha gente que entró en crisis por entrar en este sistema de vida «blanco«, y para muchos de ellos fue peor. Estoy a favor de ponerlos en la forma de vida occidental, pero eso es ponerlos en confusión con lo que ellos son. Estoy de acuerdo en que todos deben recibir una educación. Por que políticos no faltan, cuando tenían que hacer campañas, tenían que ir hasta las aldeas .
Después salió la posibilidad laboral en Ganha, al Oeste de África. Ahí también están los salesianos. Yo seguí trabajando con los salesianos, esa fue la conexión.
Allá se habla el idioma inglés, pero lo mezclan con un dialecto propio, por eso tuve que aprender el Sthuy, que es uno de esos dialectos.
PPdSL: ¿Cómo es la educación allá?
C.B: La educación sigue siendo antigua. Con la tradición inglesa, si los chicos se portan mal les pegan con el palito en las manos, y la forma de enseñanza es por repetición.
No existe la clase media, y está muy marcada la brecha entre la gente rica y la gente muy pobre.
No hay escuelas rurales. A la mañana se ayudaba a la casa salesiana donde habían estado 40 chicos huérfanos, o que vivían en las calles. Chicos desde los 7 años hasta los 18.Aunque hay chicos que nunca fueron a la escuela.
PPdSL: ¿En qué tiempo estuviste?
C.B: Estuve desde abril de 2010 hasta agosto de 2011.
Para ellos la casa es el lugar donde dormir. Cocinan afuera, baño no hay. La familia no comparte la comida, ellos llegan, comen por que es una necesidad fisiológica, y la van dejando a un costado, y a medida que van llegando van comiendo.
PPdSL: ¿Qué fue lo más reconfortante que pudiste conseguir?
C.B: Lo mas importante no es lo que yo fui a dar, si no lo que aprendí. El espíritu de gratitud, de simpleza de esa gente.