martes, 11 de agosto de 2009

La gestión Lemme compromete seriamente la Autonomía de San Luis

Populardesanluis@yahoo.com.ar
Por J. Chiclana

¡Se veía venir y se está por producir! Las cuentas municipales están en rojo y cada vez son mayores los compromisos que la gestión Alicia Lemme toma con el Estado provincial y otros entes privados. Estas acciones continúan deteriorando el patrimonio de la ciudad y arriesgan seriamente, hacia el futuro, las cuentas municipales y la posibilidad que la comuna ejerza una auténtica autonomía.
Si fue objeto de serias críticas en su momento la señora Verbeke de Canta, intendente del rodriguesaísmo, que comprometió casi en nueve millones las cuentas comunales y recaudó de los vecinos dineros para pavimentos que nunca cumplió -¡y que Ponce tardó varios años en pagar!-, ahora la mancha y la grave sospecha se extiende sobre la gestión Lemme.
Entre compromisos, deudas, robos y malgastos, la deuda creada este año por las autoridades de la Muni superaría ampliamente los nueve millones de pesos.
Nadie, en medio del desconcierto, atina a dar una respuesta satisfactoria sobre este daño; y una enorme sombra negra cubre la acción de los Rodríguez Saá, y sus marionetas, en el ámbito comunal.

DEUDAS Y CUENTAS QUE NO CIERRAN

Resulta ser, primero y principal, que una sola de las deudas tomada por la Muni con la Provincia asciende a 4 millones de pesos, y que deberá devolverse en tres años, comprometiendo toda la gestión. La deuda se tomó para hacer unos burdos bacheos y no recibió aval del Consejo Deliberante. Esto pone en una seria encrucijada moral a los concejales oficialistas que asumirán en diciembre. ¿Apoyarán ellos esta barbaridad o exhibirán algo de ética en cumplir con sus funciones de control?
Otra deuda es la que la intendencia tomó con organismos nacionales por la construcción de la peatonal. Había allí un dinero depositado, que nadie sabe su destino, y que se deberá devolver. Al no darle destino prefijado se está ante el delito de malversación. Otro problema que puede estallar con el nuevo Consejo y a fin de año.
Los robos producidos en el ámbito de los organismos municipales opacaron prontamente la gestión de la arquitecta Lemme, se conocen los de Palacio Municipal donde se fueron -según dicen-, 50.000 pesos, y le costo la cabeza a un funcionario; también el atraco de recaudaciones en la Estación de Trenes. En cambio se sabe poco de otras sustracciones que perjudicaron el patrimonio comunal, por ejemplo el latrocinio de más de cuarenta computadoras; la mayoría sacadas del Cetro Cultural de la Estación, pero también hace un año en la Secretaría de desarrollo social a la Sra. Mazzarino le hurtaron varias PCs. Y los culpables no se encontraron en ningún caso, aunque este ultimo y en otros anteriores las sospechas apuntaban hacia funcionarios y empleados que llegaron con la propia administración de la Lemme. Lo que se dice, una verdadera epidemia de cleptomanía.
Mientras tanto de nada sirvió contratar a una empresa privada dirigida por el Comisario Ubieta, para que al menos se mantuviera el patrimonio municipal. Todo lo contrario, esta empresa se dedica a la custodia PERSONAL de algunas funcionarias, y deja lo demás librado a la buena de Dios. Y Ubieta tampoco era buen ejemplo para combatir el saqueo pues salió mal parado de su administración de Los Tamarindos.

LOS COSTOS EXTRAS, QUE DEBE PAGAR EL PUEBLO DE SAN LUIS

Mientras tanto, muy gravosa es la gestión de la señora Lemme, que debe ser sostenida por el pueblo de San Luis. Su pareja, y su hija y la parea de su hija ostentan altos cargos municipales, sin cumplir horarios y no saberse cuáles son sus funciones. Otra cantidad de funcionarios son de una mediocridad apabulladora y crean serios problemas financieros. Como el caso de un tal Morales, que fue siempre y de hace 20 años un empleaducho del montón en Serba.
Resulta que, cuando los Rodríguez Saá deciden crear la “municipalidad paralela” en el 2003-2004, Morales se fue con la Torrontegui. Entonces para perjudicar la gestión d e Pérsico, aprovechando que conocía los lugares donde estaban las válvulas del agua corriente, las recorría, con “concejales” de la Torrontegui tapándolas con pavimento. De tal manera sectores enteros de la ciudad quedaban sin agua y el perjuicio tardaba en ser reparado. Pérsico debió contratar un “técnico” criollo o radomante, que con un aparatito buscaba metales bajo tierra. Créase o no Morales volvió con la Lemme la que, pese a ser evidente su ineptitud y torpeza, lo coloco al frente de Serba. A partir de allí los errores y fallas han sido tremendos en ese organismo; las plantas se ha construido mal y reparado mal, los gastos crecen exponencialmente, la ciudad ya tiene barrios enteros sin agua, y el verano próximo promete ser ¡matador!.
Los errores cometidos por Morales no son los únicos, los contratos con la empresa de Transporte y la reorganización del tránsito en el centro de la ciudad han llevado a graves problemas. Y no se ataca a futuro el asunto de los edificios de altura con departamentos familiares, que agotan los servicios, ¡y tantas otras cosas!.
La cuestión es que, para afrontar tantos rojos, la señora Lemme, de entrada nomás, duplicó los aranceles e impuestos. Ahora no puede dejar de tomar deudas y comprometer cada vez más el patrimonio municipal.
La autonomía de la ciudad se está perdiendo a pasos agigantados. Y “la señora” no sabe qué rumbo tomar.
O lo tiene demasiado claro, ¡si lo que quiere es dejar a San Luis destruida!.

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