El loncomeo del cacique Chamuyeta
RODRÍGUEZ SAÁ NOMBRADO CACIQUE RANQUEL
Por J. Chiclana
Provincias con larga tradición indígena y mucha población originaria, como Salta y Chaco, han vivido desde hace décadas procesos sociales de incorporación y desarraigo, que en San Luis recién se esbozan. Cómo no podía ser de otra manera, los politiqueros que conducen la provincia aprovechan la boleada para ponerse en indigenistas y construir redes clientelísticas a fin de asegurar apoyo electoral.
En vez de operar a fondo con la reivindicación ranquel, que sería devolver las tierras del Alfaland -en poder de Adolfo Rodríguez Saá-, los Hermanos que dominan San Luis, pretenden algo con mucho menos vuelo: utilizar el tema de la exclusión social de los indios y hacer algún barullo de obra, por puro oportunismo político.
De eso se trata la inauguración del "pueblo" ranquel.
¿SON ORIGINARIOS DE SAN LUIS LOS HUARPES Y LOS RANQUELES?
Según viejos estudios de las licenciadas Catalina Micheli (sanjuanina) y recientes de Graciela Santamaría, ni lo huarpes ni los ranqueles son originarios de San Luis. Los primeros venían de la zona del pedemonte cordillerano cuyano y se refugiaron en las lagunas de Guanacache para escapar de la explotación española; los últimos llegaron recién a fines del siglo XVII a las pampas argentinas. Como se ve ambas culturas no son originarias si con eso se quiere decir que son anteriores a la llegada de los españoles.
Sí en cambio se puede afirmar que fueron pueblos avasallados, explotados y denigrados, durante y luego de la "Conquista del Desierto". Uno de los mayores agravios fue quitárseles sus tierras; todo el sur del actual San Luis era de ellos; y los campos mas ricos eran los del Alfaland, donde según Gez, había agua a 4 metros de profundidad. Esas tierras, y muchas otras cercanas pertenecen ahora a la familia Rodríguez Saá -a través del palo Amitrano-, que ha realizado, parasitando al estado provincial, grandes inversiones en infraestructura de servicios, que han recontra valorizado las tierras.
Uno de los "motivos" para que el Estado hiciera esas inversiones fueron justamente, que se levantaría en la zona el "Pueblo" ranquel y el "Plan Pioneros".
EL GRAN CACIQUE HACE LA ROGATIVA: EL LONCOMEO
Entre tanto verso y chamuyo, que tiene antepasados indios, que la inclusión social, que van a poder volver a comer carne cruda, Alberto Rodríguez Saá, designado jefe de caciques inaugurará 24 viviendas, una escuela y un hospital en medio de la pampa.
Claro que lo más difícil será readaptar a sus moradores, que vienen de la vida ciudadana, a las antiguas costumbres indígenas.
¿Podrán tan fácilmente sobrevivir con tareas rurales, cuando sabemos que es el momento más inadecuado para ello?, ¿tendrán maestros y médicos en los edificios públicos comunitarios? ¿ Contarán con el asesoramiento adecuado del Estado? Todos interrogantes que difícilmente puedan tener respuestas precisas en estos momentos, en virtud de iniciarse este proyecto que tiene pocos o casi ningún antecedente a nivel nacional.
De última, suponemos que los que dicen ser indios, quieren serlo; y que los que quieren reparar tienen ese norte. Malo sería que el reacostumbramiento tenga feo resultado.
Sucede que el ethos -la ética-, de un pueblo, son sus costumbres. Y si estas no se cumplen con sinceridad vendrá el pithroncún (corruptela), cosa muy conocida en nuestro San Luis.
Y no habrá chamuyo ni loncomeo que los salve.-
RODRÍGUEZ SAÁ NOMBRADO CACIQUE RANQUEL
Por J. Chiclana
Provincias con larga tradición indígena y mucha población originaria, como Salta y Chaco, han vivido desde hace décadas procesos sociales de incorporación y desarraigo, que en San Luis recién se esbozan. Cómo no podía ser de otra manera, los politiqueros que conducen la provincia aprovechan la boleada para ponerse en indigenistas y construir redes clientelísticas a fin de asegurar apoyo electoral.
En vez de operar a fondo con la reivindicación ranquel, que sería devolver las tierras del Alfaland -en poder de Adolfo Rodríguez Saá-, los Hermanos que dominan San Luis, pretenden algo con mucho menos vuelo: utilizar el tema de la exclusión social de los indios y hacer algún barullo de obra, por puro oportunismo político.
De eso se trata la inauguración del "pueblo" ranquel.
¿SON ORIGINARIOS DE SAN LUIS LOS HUARPES Y LOS RANQUELES?
Según viejos estudios de las licenciadas Catalina Micheli (sanjuanina) y recientes de Graciela Santamaría, ni lo huarpes ni los ranqueles son originarios de San Luis. Los primeros venían de la zona del pedemonte cordillerano cuyano y se refugiaron en las lagunas de Guanacache para escapar de la explotación española; los últimos llegaron recién a fines del siglo XVII a las pampas argentinas. Como se ve ambas culturas no son originarias si con eso se quiere decir que son anteriores a la llegada de los españoles.
Sí en cambio se puede afirmar que fueron pueblos avasallados, explotados y denigrados, durante y luego de la "Conquista del Desierto". Uno de los mayores agravios fue quitárseles sus tierras; todo el sur del actual San Luis era de ellos; y los campos mas ricos eran los del Alfaland, donde según Gez, había agua a 4 metros de profundidad. Esas tierras, y muchas otras cercanas pertenecen ahora a la familia Rodríguez Saá -a través del palo Amitrano-, que ha realizado, parasitando al estado provincial, grandes inversiones en infraestructura de servicios, que han recontra valorizado las tierras.
Uno de los "motivos" para que el Estado hiciera esas inversiones fueron justamente, que se levantaría en la zona el "Pueblo" ranquel y el "Plan Pioneros".
EL GRAN CACIQUE HACE LA ROGATIVA: EL LONCOMEO
Entre tanto verso y chamuyo, que tiene antepasados indios, que la inclusión social, que van a poder volver a comer carne cruda, Alberto Rodríguez Saá, designado jefe de caciques inaugurará 24 viviendas, una escuela y un hospital en medio de la pampa.
Claro que lo más difícil será readaptar a sus moradores, que vienen de la vida ciudadana, a las antiguas costumbres indígenas.
¿Podrán tan fácilmente sobrevivir con tareas rurales, cuando sabemos que es el momento más inadecuado para ello?, ¿tendrán maestros y médicos en los edificios públicos comunitarios? ¿ Contarán con el asesoramiento adecuado del Estado? Todos interrogantes que difícilmente puedan tener respuestas precisas en estos momentos, en virtud de iniciarse este proyecto que tiene pocos o casi ningún antecedente a nivel nacional.
De última, suponemos que los que dicen ser indios, quieren serlo; y que los que quieren reparar tienen ese norte. Malo sería que el reacostumbramiento tenga feo resultado.
Sucede que el ethos -la ética-, de un pueblo, son sus costumbres. Y si estas no se cumplen con sinceridad vendrá el pithroncún (corruptela), cosa muy conocida en nuestro San Luis.
Y no habrá chamuyo ni loncomeo que los salve.-
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