miércoles, 3 de junio de 2009

Una historia con final feliz

Una mamá desesperada (de cuya identidad no trasciende el nombre) se dirigió al ministerio de educación porque a su hijo le prometieron vacante en el colegio Lucio Lucero, en el quinto año.
Debido a un problema que se originó a raíz de un maltrato proveniente del preceptor hacia el alumno, el tutor elevó una nota al director y a autoridades del ministerio de educación.
Por este incidente el alumno debió retirarse de la escuela Lucio Lucero, y comenzar su año escolar en la escuela Condarco.
Allí una de las docentes, a cargo del subprograma de escuelas secundarias, dependiente del ministerio de educación, le aseguró que en la escuela Lucio Lucero había vacantes.
Según trascendió, el director expresó a los tutores que no habría vacantes. Es decir, en esto se escudó el director pero la realidad es que no lo aceptaba por el inconveniente que tendría el preceptor con el alumno.
Luego de recorrer los pasillos de casa de gobierno, le respondieron que la directora de la Escuela Nacional aceptaría al alumno en dicho establecimiento.
Afortunadamente, una historia con final feliz.

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