
En el día de ayer avanzó la etapa final del juicio histórico contra la dictadura donde se ha agotado la etapa de presentación de testigos. Para hoy está previsto un importante careo entre el juez de aquella época Pereyra González, de controvertida actuación, y el Dr. José Samper quién en su testimonio refirió un episodio relatado por aquél que confirmaría su presencia en las torturas.
Efectivamente, el Dr. Samper, que por aquellos años ejercía el peligroso papel de defensor de presos políticos, refirió en su testimonio que el juez le habría relatado en confianza que “vio un cuadro denigrante de una mujer torturada”, refiriéndose a Graciela Fiochetti. El dato de comprobarse sería lapidario para los acusados Pla, Becerra, Pérez y demás integrantes de la patota integrante del Grupo de Tareas de San Luis.
OROZCO NO SUPO NI VIO NADA
También ayer se ofreció para declarar el imputado Orozco, agente de policía por ese entonces. El hombre no dijo nada original,sin ponerse colorado afirmó que no supo, no vio ni escuchó nada y no lo conoce a Pla. Que si hay documentos firmados por él es porque firmaba cosas en blanco. Como se ve todavía habrá que soportar varios desatinos y embustes sin límite por parte de los otrora poderosos hombres de la muerte.
Además durante la jornada pasada reapareció el abogado Mercado e insistió en exigir la presencia de monseñor Laise, ex obispo de San Luis que por las dudas de lo pasado en los años de plomo hace ya varios años que se refugió en Italia, exactamente luego de ser retirado de su pontificado. Algunas versiones lo hacen temer las consecuencias del juicio y de su actuación pública, otras simplemente señalan que el ex obispo se fue de la Argentina pues está haciéndose tratar de una fea enfermedad de corte sexual y por eso necesita recato.
Mientras tanto, después de sufrir un by-pass reapareció en el juicio el ex comisario Becerra, otrora señor del campo de la muerte. El tribunal tuvo que hacer venir a testificar a los médicos que lo trataban para obligarlo a presenciar el desarrollo del evento y escuchar en directo el testimonio de sus cretinadas.
El juicio de la dictadura, sin prisa pero sin pausa, avanza hacia la jornada final.-
Fe de erratas
Juicio histórico
En la nota de páginas centrales producida en nuestro número anterior con el título “Se acerca el final del juicio histórico” se manifestó un error en pag. 7 col. 3, donde dice: “la patota le pone bomba a Del Campillo” debe decir “la patota le pone bomba al juez Galante que los investigaba”.-
Efectivamente, el Dr. Samper, que por aquellos años ejercía el peligroso papel de defensor de presos políticos, refirió en su testimonio que el juez le habría relatado en confianza que “vio un cuadro denigrante de una mujer torturada”, refiriéndose a Graciela Fiochetti. El dato de comprobarse sería lapidario para los acusados Pla, Becerra, Pérez y demás integrantes de la patota integrante del Grupo de Tareas de San Luis.
OROZCO NO SUPO NI VIO NADA
También ayer se ofreció para declarar el imputado Orozco, agente de policía por ese entonces. El hombre no dijo nada original,sin ponerse colorado afirmó que no supo, no vio ni escuchó nada y no lo conoce a Pla. Que si hay documentos firmados por él es porque firmaba cosas en blanco. Como se ve todavía habrá que soportar varios desatinos y embustes sin límite por parte de los otrora poderosos hombres de la muerte.
Además durante la jornada pasada reapareció el abogado Mercado e insistió en exigir la presencia de monseñor Laise, ex obispo de San Luis que por las dudas de lo pasado en los años de plomo hace ya varios años que se refugió en Italia, exactamente luego de ser retirado de su pontificado. Algunas versiones lo hacen temer las consecuencias del juicio y de su actuación pública, otras simplemente señalan que el ex obispo se fue de la Argentina pues está haciéndose tratar de una fea enfermedad de corte sexual y por eso necesita recato.
Mientras tanto, después de sufrir un by-pass reapareció en el juicio el ex comisario Becerra, otrora señor del campo de la muerte. El tribunal tuvo que hacer venir a testificar a los médicos que lo trataban para obligarlo a presenciar el desarrollo del evento y escuchar en directo el testimonio de sus cretinadas.
El juicio de la dictadura, sin prisa pero sin pausa, avanza hacia la jornada final.-
Fe de erratas
Juicio histórico
En la nota de páginas centrales producida en nuestro número anterior con el título “Se acerca el final del juicio histórico” se manifestó un error en pag. 7 col. 3, donde dice: “la patota le pone bomba a Del Campillo” debe decir “la patota le pone bomba al juez Galante que los investigaba”.-
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