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OPINION
Pareciera que la cuestión de fondo, pasa por la política del mendigo
Por Carlos Torre Moyano
La política del mendigo, no es otra que la de poder saciar cotidianamente sus necesidades básicas: . Hambre, protección de su cuerpo, y vino para olvidar sus penas.
Argentina, lamentable-mente camina en una di-rección que mucho se parece a la situación de los linyeras. Nadie quiere vivir sólo para zafar del hambre, un techo para dormir y humillarse para existir. Hay toda una generación de hombres y mujeres que han dejado jirones de su vida, para que sus hijos tengan proyección, que sean prósperos y que además sean respetados socialmente por sus estudios o capacidades particulares.
Hoy, se ve día a día, que los gobiernos poseen el prejuicio de la DIVISION DE CLASES, -concepto acuñado por la izquierda intelectual del 900-. Tanto gobernantes locales como nacionales debaten y explican detalles de sus políticas, hablando siempre de los pobres y del bien general de la sociedad; pero en el fondo se ve que se aplica la cuota de mérito, sólo al mas vulnerable y se olvidan de generar políticas de fomento de industrias genuinas, trabajos formales y créditos accesibles para la gente honesta de la clase media, o como decía Jauretche «el tipo de medio pelo» que por ahora, no se suma al Proyecto Nacional, ni tampoco defiende a los imperialistas, ni a la Sociedad Rural de la burguesía, ni a los Estados Unidos y demás,.
La razón de este error, oída por boca de algunos punteros de bases, podría ser el de suponer que todavía hay quienes conservan las supuestas frases de Perón, y las descontextualizan, o las aplican de un modo equivocado; en cuanto a que se dice que Perón había dicho que la clase media, es como la caca de las palomas, que no sirve para nada» y tal vez, estos, actuales personajes confunden a un obrero, con un linyera, y a un simple gerente con un conservador de la alta alcurnia, que aspira a tener 3 mucamas, chofer y la mar en coche!.
–¿Quiénes se perciben como parte de la clase media o del medio pelo actualmente?
–Hoy la identidad de clase media se expandió hacia arriba y hacia abajo. Solamente los que viven en la pobreza extrema de las villas miseria no dicen ser clase media. Y, en el otro extremo, sólo quienes son obscenamente ricos niegan ser clase media, como Los Fortabat, los Alsogaray o los Macri. Porque ambos extremos cargan con su estigma.
–¿Los antiperonistas siempre fueron de la clase media?
–No, para nada. Ése es un lugar común que debería ser desterrado. Hubo muchos grupos de clase media que han sido defendidos durante el gobierno de Perón. Perón llevó a cabo el mayor proceso de industrialización del país, y por ende, quien logró un aumento considerable en la clase obrera gracias a la aparición de nuevos puestos de trabajo en los cincuenta, en los sesenta, en los setenta y actualmente, lo impulsa el proyecto Nacional de Cristina Kirchner.
Pero, pareciera que hubo y hay grupos influyentes en la política, que se quedaron en el 45. No comprenden que pasaron 60 años!. Que hoy el mundo exige idoneidad en todo, también en lo político. Por eso es que se hace tan necesario defender lo bueno de un sistema sin confundir a un obrero con un conservador de principio del siglo pasado.
Argentina, lamentable-mente camina en una di-rección que mucho se parece a la situación de los linyeras. Nadie quiere vivir sólo para zafar del hambre, un techo para dormir y humillarse para existir. Hay toda una generación de hombres y mujeres que han dejado jirones de su vida, para que sus hijos tengan proyección, que sean prósperos y que además sean respetados socialmente por sus estudios o capacidades particulares.
Hoy, se ve día a día, que los gobiernos poseen el prejuicio de la DIVISION DE CLASES, -concepto acuñado por la izquierda intelectual del 900-. Tanto gobernantes locales como nacionales debaten y explican detalles de sus políticas, hablando siempre de los pobres y del bien general de la sociedad; pero en el fondo se ve que se aplica la cuota de mérito, sólo al mas vulnerable y se olvidan de generar políticas de fomento de industrias genuinas, trabajos formales y créditos accesibles para la gente honesta de la clase media, o como decía Jauretche «el tipo de medio pelo» que por ahora, no se suma al Proyecto Nacional, ni tampoco defiende a los imperialistas, ni a la Sociedad Rural de la burguesía, ni a los Estados Unidos y demás,.
La razón de este error, oída por boca de algunos punteros de bases, podría ser el de suponer que todavía hay quienes conservan las supuestas frases de Perón, y las descontextualizan, o las aplican de un modo equivocado; en cuanto a que se dice que Perón había dicho que la clase media, es como la caca de las palomas, que no sirve para nada» y tal vez, estos, actuales personajes confunden a un obrero, con un linyera, y a un simple gerente con un conservador de la alta alcurnia, que aspira a tener 3 mucamas, chofer y la mar en coche!.
–¿Quiénes se perciben como parte de la clase media o del medio pelo actualmente?
–Hoy la identidad de clase media se expandió hacia arriba y hacia abajo. Solamente los que viven en la pobreza extrema de las villas miseria no dicen ser clase media. Y, en el otro extremo, sólo quienes son obscenamente ricos niegan ser clase media, como Los Fortabat, los Alsogaray o los Macri. Porque ambos extremos cargan con su estigma.
–¿Los antiperonistas siempre fueron de la clase media?
–No, para nada. Ése es un lugar común que debería ser desterrado. Hubo muchos grupos de clase media que han sido defendidos durante el gobierno de Perón. Perón llevó a cabo el mayor proceso de industrialización del país, y por ende, quien logró un aumento considerable en la clase obrera gracias a la aparición de nuevos puestos de trabajo en los cincuenta, en los sesenta, en los setenta y actualmente, lo impulsa el proyecto Nacional de Cristina Kirchner.
Pero, pareciera que hubo y hay grupos influyentes en la política, que se quedaron en el 45. No comprenden que pasaron 60 años!. Que hoy el mundo exige idoneidad en todo, también en lo político. Por eso es que se hace tan necesario defender lo bueno de un sistema sin confundir a un obrero con un conservador de principio del siglo pasado.
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