jueves, 24 de mayo de 2012

PAGINAS 4 Y 5

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El monopolio de Rodríguez Saá
La búsqueda de dominio absoluto, la infame distribución de la pauta oficial y la complacencia –o complicidad- de la posición hicieron que desde 1983 una misma familia se apoderara de la prensa gráfica de la provincia. Salvo algunas pocas heroicas resistencias, no hay “periodismo en papel” que no pertenezca al gobierno. También, indirectamente, el gobierno ejerce su señorío en la mayoría de los medios audiovisuales, a través de la contratación de avisos oficiales y de los otros. Ahora, el “imperio de medios” de Adolfo y Alberto Rodríguez Saá anexó dos periódicos más, que también se mantendrán con los impuestos de todos los sanluiseños.
«Estoy ‘egofamilicéntrico’ con este proyecto», dijo Alberto Rodríguez Saá al inaugurar sus dos nuevas empresas periodísticas, La Voz del Sud (en Villa Mercedes) y La Opinión (en San Luis). Más allá de la utilización de una palabra que no existe (todo un despropósito para el rico idioma castellano y más atribuible a la carencia de conocimiento de la lengua que a la intención de usar un “neologismo”), el ex gobernador tiene razón: él y su familia concentran todo la prensa escrita en San Luis. Y eso debe ser todo un orgullo.
La realidad actual del periodismo gráfico de la provincia es penosa si se tiene en cuenta la amplia y profunda historia de la prensa de San Luis. Y no hace falta inventar palabras para describirla.
Villa Mercedes tiene abundantes antecedentes históricos de periodismo gráfico. La ciudad nació en 1856 cuando la prensa del interior daba sus primeros pasos en las 13 provincias que por entonces formaban la Confederación. Con decenas de publicaciones que convivían en cada época, se puede decir que la ciudad estuvo “retratada” desde sus inicios y durante casi todo el siglo XX por periódicos, revistas y boletines realizados por los pobladores de la Villa. La Voz del Sud, que nació a principio del siglo pasado, fue uno de los más importantes de la región
Pero los caminos no fueron, precisamente, allanados para la prensa gráfica en los últimos 30 años. Con la desaparición del diario Impulso en 1989 y salvo algunas esporádicas publicaciones, Villa Mercedes dejó de contar con su “propia” información gráfica. Incluso, algunos recuerdan cuando, años antes, la ciudad llegó a tener hasta tres diarios. Actualmente no hay ninguno que se haga y se imprima en la ciudad.
Otro tanto ocurrió en la ciudad de San Luis. El diario La Opinión, fundado el 16 de marzo de 1913, fue comprado por el grupo Payné (de Alberto Rodríguez Saá) a fines de los 90. Unos años antes había pasado algo similar con la Voz del Sud en Villa Mercedes
Tanto el Diario de la República, como La Opinión y La Voz del Sud se sostienen casi exclusivamente con publicidad oficial.
Lo que pasa en el Municipio de Villa Mercedes es un claro ejemplo. “No puedo darte publicidad, se van a enojar los del diario…”, le contestó el intendente Mario Raúl Merlo a un periodista que intentó buscar publicidad para su medio gráfico. “Los del diario…” son, obviamente, las empresas periodísticas de Rodríguez Saá, a las que todo funcionario debe “tributar” como corresponde.
Así, la pauta oficial del gobierno y los municipios que le responden está repartida de una manera infame: el 80% va a las empresas de Rodríguez Saá, el resto lo distribuyen como migajas a más de 70 medios, entre radios, espacios de televisión y algunas páginas web.
Pero al “relanzamiento” de La voz del Sud y La Opinión se agregó hace dos meses otro medio de difusión, también sostenido por los fondos públicos: la Agencia San Luis, un especie de Prensa Gubernamental –que igualmente prosigue- disfrazada de agencia de noticias.
Si a eso se le agrega el Canal Estatal, una radio en la ciudad de San Luis y todos los medios que están “comprados” por la publicidad oficial, el panorama del periodismo en la provincia es casi funesto, no solamente para quienes intentan hacer periodismo independiente del oficialismo, sino también para los lectores y la comunidad. Porque la monopolización de la prensa no solamente coarta la libertad de expresión, sino también la de opinión, impidiendo que se difundan discursos alternativos al poder.
Pero el monopolio no alcanza a abarcar todo, ya que aún en el medio de esta batalla desproporcionada subsisten estoicamente algunos medios dignos de destacar, como el Diario Popular de San Luis, cuyo director, Juan Gómez, es un testimonio de la “supervivencia”. Otros periódicos, como el Otro Diario, de Villa Mercedes, de Javier Cabral; y El Mercedino, de Osmar Poffo, también intentan sobrevivir sin –o en contra- del calorcito oficial.
¿Cómo se compone la mayor empresa periodística de la provincia? Nahuel SA (ex razón social de El Diario de San Luis, comprado a mediados de los ’80 por la familia Rodríguez Saá) y Marzo SA. se fusionaron en 1993 para constituirse en la empresa Payne, firma que posee El Diario de la República, La Opinión, La Voz del Sud y Radio FM Lafinur, como también el taller de impresión y diseño gráfico Payné.
¿Cómo lograron sostenerse y apuntalarse en la provincia? Fundamentalmente por la pauta oficial, es decir, el mismo

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