viernes, 24 de febrero de 2012
PAGINA 2
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EL MOVIMIENTO NACIONAL, EL ESTADO Y LA SOBERANÍA
Editorial
Escribe
Carlos Torre moyano
Estos tres conceptos usados como título para el desarrollo de la presente editorial, tienen por estos días, un profundo significado y aplicación, ante los acontecimientos que se están viviendo en nues-tro país a raíz del conflicto generado por Inglaterra en torno al problema de Las Islas Malvinas. Creemos que es necesario explicar a nuestros lectores, de la forma más simple que nos sea posible, el alcance y el abarca-miento que tienen estas expresiones empleadas. «El Movimiento Nacio-nal» es el recorrido histórico de una comu-nidad en el tiempo, a través de sus distintas manifestaciones espirituales, culturales, políticas e institucio-nales. El cual está por encima de las ideologías o partidos políticos y se manifiesta como resul-tado de un doloroso curso de acciones aso-ciativas, de la totalidad de una sociedad, en distintas regiones o lu-gares geográficos del mundo donde existe un Estado formalmente constituído. Es decir, que esta expresión configura la dinámica social de una comunidad, que va for-jando su integración conel desarrollo histórico de todos sus actores, inde-pendientemente de in-fluencias individuales o de esquemas ideoló-gicos. Es la fuerza vital que involucra a toda una sociedad en la búsqueda de un destino común.
El denominado «Estado Nacional» es un módulo o sistema público de gestión política, típico de la modernidad, que surge a partir del Renacimiento en el siglo XVI, como periodo que comprende a la Edad Moderna, cuando en 1513 Maquia-velo escribe «El Prín-cipe», marcando un hito de valor fundacional en el desarrollo de las ideologías de la moder-nidad, al replantear ca-tegóricamente las formas de pensar lo político, imponiendo desde ese momento una nueva interpretación de lo que el poder es, o debiera ser éticamente para la sociedad.
Con Maquiavelo nacen todas las tesis que darán forma y contenido, al nacimiento de grandes Estados que irán sur-giendo con el desarrollo de la modernidad. Pos-teriormente con Bodino, Hobbes, Locke, Rou-sseeau, Montesquieu, Jeferson y otros, se marca una tendencia, en ciertos aspectos permanentes y de forma inédita hasta entonces, para el cre-cimiento de una mayor racionalidad y ética en la concepción del poder del Estado.
Estas nuevas formas de encausar lo político, traerá como conse-cuencia la «Soberanía de los Estados», operando como un vínculo que interconecta la convi-vencia de los mismos, permitiendo además la creación de poderes extraestatales. Estos poderes supranacionales como son la O.N.U. el F.M.I. o el Banco Mundial, etc. inciden sobre los Estados de forma individual pau-tando con carácter macro-estructural el equilibrio y desarrollo de los mismos. Pero lo esencial en el desen-volvimiento de este tejido estructural del mundo, esta planteado en torno a la «Soberanía Política y Territorial», que radica también en la personificación del poder en un soberano o conductor, elegido por la voluntad general, me-diante los mecanismos de la democracia y que hoy existe en la gran mayoría de los países del mundo. Proyectando hacia den-tro y fuera de sus fron-teras nacionales una imagen de poder y capacidad, surgiendo de esta forma el Estadista que conduce una Nación jurídicamente constituida. Ahora bien, el pueblo es soberano por ser quien origina esa voluntad general y dicta mediante sus represen-tantes las leyes a las cuales todos deben su-bordinarse.
Podemos concluir que estos principios puestos en marcha hasta la fecha; sin perjuicio de las anomalías que se detec-tan, por la dispersión o la confusión del pro-fundo sentido que tiene el mandato popular, al otorgarle poder a sus elegidos para la con-ducción del Estado; no invalidan aquel concepto de Bodino, cuando seña-laba que en todas las Naciones: «existe una soberanía que ellos tienen y que puede compararse con un bloque de mármol».
Una vez más los ingleses con un «modelo de democracia in-quisi-torial», como una especie de «antipoder», pre-tenden sostener y alterar de forma prepotente los principios políticos, económicos y culturales que la humanidad ha consagrado con tantos sacrificios en el curso de su historia. Y no es una casualidad este accionar de los británicos, atentos a la gran crisis que están viviendo ellos mismos y los países de la Co-munidad Europea. Don-de Inglaterra tiene una deuda externa que supera el 9% de su P.B.I. y está tomando también parti-cipación en el otro gran conflicto que se desa-rrolla en el Medio Oriente, enviando su fragata «HMS Darging» al Golfo Pérsico, ante la amenaza de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz, por la suspensión de la compra de 700.000 barriles de petróleo por día. Este es otro tema que no podemos obviar y ya lo hemos tratado en anteriores editoriales. Los Estados Unidos y los países de Europa atraviesan en estos mo-mentos por un colosal conflicto global, inde-pendientemente de sus problemas sociales y económicos, es por ello que Inglaterra con su postura en el Atlántico Sur, colocan esta cues-tión de Malvinas para lograr apoyos estra-tégicos, como contra-prestación de su parti-cipación dentro de la OTAN. La comunidad internacional no puede permitir estas modi-ficaciones dentro del contractualismo democrático, como hijo mayor de la modernidad, como fue diseñado a partir del siglo XVIII. Y en todo caso, ¿que tipo de poder posmoderno puede ser forjado para contener las actuales fuerzas sociales y poder lograr un trato acorde con la dignidad hu-mana?. Tendrían que reformularse los pen-samientos y todas las Instituciones del Mundo.
Por lo expuesto enten-demos que la disputa por la soberanía de Las Islas Malvinas, no es un tema de fácil resolución para el Derecho Internacional. Es un problema central, toda vez que tomamos en cuenta, que los ingleses aún sostienen este esquema colonial en diez regiones distintas del planeta, logrando perpe-tuar un sistema ana-crónico de apodera-miento territorial. Con la amenaza de alterar la paz y el equilibrio al sur del continente americano.
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Velia Vílchez anunció que AMPPyA obtuvo la Perso-nería Gremial individual y solicita urgente audiencia con el Gobernador
Llegó desde la Nación la “PERSONERÍA GREMIAL INDIVIDUAL”, hacia AMPPYA, de parte del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, convirtiéndola en la ÙNICA asociación Gremial de Defensa a los Trabajadores y Profesionales del Sistema Educativo Provincial, legalmente constituida dentro de San Luis.
Anunció también el cumplimiento real, legal y efectivo del Art. 56º de la Constitución Provincial, en cuando al pago de Jubilados o Retirados del 82% móvil, sin límite de edad, habiéndose efectivizado el pago a la primer jubilada que realiza el juicio de reclamo a través de AMPPYA.
Velia confirmó la “Desafiliación de esta Asociación ante la CTERA”, según acta del 22 de julio de 1995, con la comunicación correspondiente en tiempo y forma de tal decisión a las Autoridades en ese momento.
Además solicita audiencia con carácter de urgente, al Sr. Gobernador de la Provincia de San Luis C.P.N. Claudio Poggi a fin de tratar entre otros temas los siguientes: • Incorrecta liquidación de haberes en el cargo testigo de maestro de grado: (Básico pagado $1.101, uniéndose a los reclamos y accionar nacional de $3.100 en el mismo). • Respecto al cumplimiento de los 180 días de clases , como así también del calendario Escolar y Ordenamiento de Cargos. • Condiciones dignas y equitativas de labor; Salario Mínimo Vital y Móvil; igual remuneración por igual tarea; estabilidad en el empleo; etc. En virtud de ello, invita a Afiliados y Ciudadanos de cualquier sector de la Sociedad, a concurrir y participar de las Asambleas, General Extraordinaria y Ordinaria, en cuartos intermedios – de carácter forzoso .
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Pérsico recordó el 24 de febrero de 2005
Cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con un fallo histórico, dio por tierra las claras ambiciones hegemónicas del gobierno provincial en su avance contra la autonomía municipal.
Luego de una larga lucha, donde todo el poder del sistema gobernante de nuestra Provincia fue puesto al servicio de quebrantar la voluntad de quienes luchábamos para que la base esencial de la democracia, el municipio autónomo, primera conexión institucional con los vecinos, siguiera siendo lo que el Dr. Carlos Alberto Ponce y quienes lo acompañamos en su cruzada por revalorizar la voluntad popular, anhelabamos.
Hoy, siete años después del imparcial dictamen del más alto Tribunal de la Nación, más que nunca sostenemos los ideales que nos movilizaron y los cuales no nos cabe duda alguna, serán defendidos en cada oportunidad en que espurios intereses pretendan torcer los justos designios de nuestra gente.
Es por eso que nunca olvidaremos la gesta del pueblo de San Luis, sus fuerzas sociales y políticas unidas en defensa del bien común. Fue entonces cuando una vez más quedó demostrado que nuestros conciudadanos identificados con una noble causa supieron anteponer a la razón de la fuerza, la invencible fuerza de la razón.
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