miércoles, 7 de diciembre de 2011

PAGINA 6


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Quedan 3 domingos
El año litúrgico comienza con el tiempo de Adviento, que abarca cuatro domingos y constituye la preparación inmediata para la gran fiesta de Navidad. El Adviento es un tiempo de esperanza, durante el cual los cristianos esperamos a Cristo, que vino, viene y vendrá.
* Cristo vino: En el Adviento recordamos y celebramos la primera venida de Cristo, ocurrida históricamente hace dos mil años. Él es el Salvador anunciado por los profetas, el Mesías esperado por el pueblo de Israel durante muchos siglos. En Cristo se cumplieron sobradamente todas las promesas hechas por Dios en el tiempo de la Antigua Alianza. La venida del Salvador fue posible debido al sí de María a la voluntad de Dios. Ella también tuvo que esperar la venida de su hijo Jesús, durante los nueve meses en que lo llevó en su seno virginal.
* Cristo viene: Jesús prometió a sus discípulos que estaría con ellos hasta el fin de los tiempos. Desde su Ascensión Él no está visiblemente con nosotros, pero nos dejó el Espíritu Santo, que habita en nosotros como en un templo, nos recuerda todas las enseñanzas de Jesús y nos guía hasta la verdad completa. Además Jesucristo se hace presente continuamente de muchas maneras en la vida de cada cristiano y de la Iglesia, particularmente por medio de la Sagrada Escritura y de los siete sacramentos, y sobre todo en la Sagrada Eucaristía, el gran sacramento del amor divino. Como el antiguo Israel, la Iglesia debe vivir poniendo su confianza en la Palabra de Dios; y, como María, el cristiano debe hacer siempre la voluntad de Dios: Así recibe en su corazón a Cristo, que viene a él cada día y lo transforma a semejanza Suya.
* Cristo vendrá: Cristo vendrá de nuevo con gloria para juzgar a vivos y muertos y su Reino no tendrá fin. Creemos en la primera venida de Cristo y esperamos su segunda venida; y mientras esperamos la venida gloriosa de nuestro Redentor, debemos mantenernos siempre vigilantes y dar frutos de justicia y santidad. Así podemos esperar, confiando en la misericordia de nuestro Padre Dios, ser contados entre .

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CELAC sin Estados Unidos, ´´esta vez``
Hay personas que sólo escuchan «una única campana» y por lo tanto siempre tienen una única versión de los hechos. No es mi caso.
Si bien al presente ya he dejado de atender a los canales porteños por sobresaturación de noti-cias absolutamente intras-cendentes (choque de vehículos en cualquier esquina porteña, etc., etc.), paso varias horas atento a TelesurTv y CNN (punto y contrapunto interna-cionales), más cuando en estos días el foco de atención es la creación de la CELAC (una especie de OEA moder-nizada, pero sin el poder de policía norteame-ricano).
Como habitante de este subcontinente me siento eufórico al contemplar la creciente sociabilidad que están concretando estos presidentes, encuentros eminentemente pacíficos que me enriquecen por los datos complemen-tarios que difunden sobre estados econó-micos y poblacionales de países que apenas había sentido nombrar en mi vida.
Eufórico porque han desterrado los saludos protocolares en esce-narios protocolares, que aún conservan los mandantes tradicionales del orbe (Europa y EE. UU.). Observar que Dilma Rousseff se abraza con Hugo Chávez (dos excedidos de peso), o que Chávez le ceda a Cristina Fernández la conducción de un acto inaugural en Caracas mientras el anfitrión se dedica a firmar docu-mentos, son mues-tras de la confianza que están construyendo los representantes de los pueblos.
Recuerdo que durante la Guerra de Malvinas, nuestro gobierno pidió ayuda a la OEA y porque EE. UU. se opuso, el Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR) no se aplicó. Por el contrario, individual y espontáneamente apoyaron a nuestro país los gobiernos de Perú y Panamá, mientras EE. UU. le aportaba armamento
a la belicosa Margaret Thatcher.
Hoy, los nuevos gober-nantes hispanoparlantes, hastiados de tanta injerencia norteamericana y de tantas traiciones, se reúnen en Caracas en plena armonía y bajo una única condición: que no esté presente EE. UU. ni su socia Canadá. Es la condición sine qua non.
El encuentro (34 gobiernos representados) es lo más trascendente ocurrido en la historia de América Latina, que está trans-mitiendo el canal Tele-surTv a cada instante y que simultáneamente evita darle cobertura CNN en español.
Honestamente, me causó mucha gracia cuando un locutor de CNN, el día jueves 1 de diciembre, a las 23,30 (hora de Argentina), en contados segundos hizo referencia a la reunión de los mandatarios, agre-gando «esta vez sin la participación de EE. UU. y Canadá». Esto es distor-sionar muy a sabiendas la realidad: esos países no están ni estarán presentes por decisión del resto del continente, y con la ex-presión «esta vez» están confesando el dolor que les causa la pérdida de control sobre el resto del continente.
Los imperialistas están dolidos porque se les está escapando una treintena de países que durante casi dos siglos los consi-deraron «seguros» y este «separatismo» se inició en firme con el MERCOSUR, que durante varios años se mantuvo raquítico y con pronóstico a desaparecer. Luego, el «loco Kirchner» pergeñó UNASUR, en-tidad a la que se sumó apasionadamente Chávez y allí empezó el contagio que hoy suman ALBA, PETROCARIBE, Banco del Sur y finalmente CELAC, como entidad englobadora de un mega gobierno politemático (político, económico, proteccionista, de defensa territorial, etc.) dispuesto a negociar en armonía interna y en igualdad de con-diciones con los Tigres Asiáticos por intermedio de FOCALAE.
Las coincidencias actuales con el pasado de nuestros pueblos se da solamente en las frustradas aspiraciones de los antiguos líderes que, en nuestro país, fueron Rosas y Perón, y que hoy con la instantaneidad de las comunicaciones hacen muy viable la coincidencia de deseos y acciones inmediatas.
Sí, mientras la OTAN juega a la guerra volteando algunos gobiernos árabes y estruja los bolsillos de millones de europeos, en este rincón del planisferio se organizan docenas de gobiernos para la auto-defensa y el progreso.
«Esta vez», el capitalismo especulativo y contro-lador está perdiendo territorio. Y les duele. Lo dice CNN.
Luis Colombatto, creador de la enciclopedia patagónica Patapedia.com.ar

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