viernes, 5 de agosto de 2011

PAGINA 7

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La «casualidad» hizo que los hijos del rector fueran discriminados en el Lucio Lucero
Tres hijos del actual rector de la UNSL, José Luis Riccardo fueron «casualmente» discriminados en el Colegio Lucio Lucero con la entrega de las estampillas dolarizadas que entrega el Gobierno provincial a modo de «premio» al estudio.
El director del mencionado establecimiento, Luis Giordan fue usado como el «ejecutor» de la maniobra; pero cuando escuchó al Ministro Marcelo Sosa saltó como «rana» ya que desde el Ministerio lo mandaron al frente con un sumario por «desordenado».
Inmediatamente, el ministro volvió a salir a declarar públicamente que «no habría que temerle al sumario» y para colmos le agrega que es solo «para que se defienda».
Obviamente Giordan dijo que todo se arreglaría a la brevedad. Papelón que no deja bien parados a ninguno de los dos.
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¿Cree Ud. en el poder de Jesucristo?
Con esta pregunta comenzamos este estudio hoy en el siglo XXI d.C., y no es de extrañar que muchos se la hagan; si Jesucristo, aquél hombre que era Dios, "Isaías 9:6", que vino a salvarnos y resucitó de entre los muertos y subió al Cielo, y de quien se dice que está sentado a la diestra de Dios Padre, ¿Tiene hoy el poder que dijo que tenía y que le había sido dado en el Cielo y en la Tierra, y cómo se manifiesta hoy ese poder en nosotros?
Para responder a esta pregunta básica para la fe del hombre iremos a la Palabra de Dios, y en ella, entre lo mucho que encontramos quisiera presentar en primer lugar la narración del Evangelio cuando Jesús, una vez en este mundo comenzó su ministerio al ser llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo. El objetivo del maligno no era otro que ofrecerle al Señor todos los reinos de este mundo y la gloria de ellos, es decir toda potestad, todo el poder aquí y ahora; una tentación fuerte si consideramos que eso podría haber evitado a Cristo el ser crucificado, pero el objetivo del Señor no era solo el poder en los reinos de este mundo, porque Él ya lo tiene, sino el poder desde la humanidad, el poder desde la carne del hombre, este es el gran objetivo de Dios, que el hombre no pase por la vida terrestre y muera, sino que tenga acceso libremente al reino de la vida y que el diablo no pueda vencerle, que el hombre recupere toda la potestad que Dios le dio en Edén, pero que ahora, tras haber pasado por este mundo, tiene la capacidad y la experiencia suficientes para valorar la vida en la presencia de Dios. Dios pone en nuestras manos el poder sobre el diablo, para que éste ya no nos domine.
El diablo sabía que Jesús era el Señor y que era mas fuerte que él, pero intentó engañar la carne de Jesús, su mente en lo racional, del mismo modo que engaño a Eva (la mente humana) en Edén, ofreciéndole ser como Dios sabiendo el bien y el mal. El diablo le ofrece a Jesús todos los reinos de este mundo sin tener que pasar por la muerte en la Cruz y la batalla en la dimensión celestial; ésta es la manera de comprender la importancia del ofrecimiento del diablo que estaba dispuesto a perder su reino por vencer a Jesús y entonces hubiese vencido a la humanidad, se trataba de conseguir arruinar el plan de Dios, la creación entera, de la cual el ser humano es la culminación, y por hallarse perdido el hombre, Cristo se sacrifica por amor a nosotros.
Cuando Cristo desciende a la dimensión de la carne, donde hasta ahora el diablo había dominado a todo hombre, intenta vencer también a Dios hecho hombre, pero no debió caer en la cuenta de que ese hombre de carne y hueso al que se enfrentaba traía en él al Espíritu Santo, la fuente de la vida y la mente de Cristo, un poder que el diablo hasta ahora no había experimentado en su lucha contra el hombre en la carne, que como dice la Escritura, hemos sido hechos inferiores a los ángeles, de lo que Cristo también participó, Hebreos 2:7.
Nuestro valiente Señor no aceptó su oferta y esperó a vencer al diablo a través de la muerte y la resurrección, y arrebatarle los reinos de este mundo que Dios había puesto en manos de Adán (el hombre), y que éste perdió por querer ser independiente de Dios, como lo quiere seguir siendo hoy el ser humano.
El resultado de la independencia del hombre con respecto a Dios no ha sido buena, ya que como dice la Escritura: ...el primer Adán es alma viviente, (es decir se basa en Eva) que como ya hemos visto, simboliza la mente humana basada solo en el bien y el mal, y el último Adán que es Cristo, es Espíritu vivificante 1Corintios 15:45., que se basa sólo en la amistad personal con Dios y en preguntarle a Dios las cosas, así también la Escritura dice: ... 3Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Dice Yahweh. Jeremías 33.
Por lo tanto, para ver manifestarse el poder de Cristo en nuestras vidas, es necesario que el hombre pase de ser mera alma viviente a ser espíritu vivificante por medio de la regeneración de su mente por el nuevo nacimiento del Espíritu Santo y el refinamiento del bautismo espiritual en fuego del trono de Dios, ese fuego purificador que quema la impureza y que prueba nuestra fe, mas preciada que el oro que se refina también en fuego. Ese bautismo en Espíritu y en fuego espiritual, es el que nos prepara para que habiendo recibido el don de la fe, podamos experimentar que el Señor, una vez en nuestras almas por Su Espíritu, tiene toda potestad sobre todo espíritu del diablo que es echado fuera de nosotros, y de los que somos librados a partir de ese momento por el Reino de Cristo en nuestras almas. Alegoría de nuestra alma es María Magdalena de la que Cristo echó fuera siete demonios, es decir todas las potestades de maldad que moran en nosotros.
Ahora bien, además de ver como el Señor reina en nosotros, también el hombre experimenta el control de Dios sobre los reinos de este mundo, aunque Dios deje que este mundo siga en manos del diablo que maneja a su antojo a los hombres controlando sus mentes que fueron vencidas para que creyesen que eran seres individuales e independientes de Dios; he aquí el pecado del hombre y su resultado, su prepotencia ante Dios, la misma que la de Satanás, el Señor le reprenda, pues este ángel caído, recibió de Dios tanta bendición que se llamó ángel de luz (Luci-fer) pero al verse tan poderoso codició ser independiente de Dios y se reveló, y esto es lo que hay en su esencia, en su persona y lo que transmite a los hombres, el deseo de ser nuestro propio rey, de no dar cuenta a Dios de lo que hacemos, eso es lo que el diablo quiere y lo que los hombres quieren, hacer lo que les venga en gana, sin dar explicaciones a su Creador, sin compartir sus vidas con él y sin amarle.
Confíe en Jesucristo, salga ya, ahora, de la influencia y de la pertenencia al control del diablo en su vida, pida a Dios el Espíritu Santo en el nombre de Jesucristo. Cambie su mundo con Cristo y para Cristo, que venga Su reino, como nos enseño a pedir en la oración del "Padre nuestro".

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