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EDITORIAL
EQUILIBRIO DE LOS PODERES DEL ESTADO
Es notable como todos los días en reportajes y alocuciones radiales de nuestra pro-vincia se realizan co-mentarios, referidos al cuestionamiento del sistema de administra-ción de la Justicia pro-vincial. En la mayoría de los casos se trata de vecinos, que dolidos por sus cuestiones personales, hacen co-mentarios y aprecia-ciones jurídicas, que en muchos casos, no se ajustan al rigor que impone el conoci-miento del Derecho.
De cualquier forma nadie esta facultado para aducir su propia torpeza, tampoco esta permitido como justi-ficación, el descono-cimiento de la Ley. Ahora bien, usando una expresión común del decir de la gente, cuando metafórica-mente comenta «cuan-do el río suena es por que agua trae», nos está indicando que el ejer-cicio del poder del Estado se encuentra sospechado en su pulcritud como tal, y para no caer en el mismo error que esta-mos criticando, consi-deramos que todo ciu-dadano debe saber como mínimo que ex-iste una Constitución Nacional, que regla la armonía de los tres Poderes del Estado, como Ley funda-mental, brindando la seguridad jurídica y los plenos derechos y deberes para la tran-quilidad de todos los habitantes de la Repú-blica.
Esta sagrada Consti-tución a la que hacemos referencia, en su Parte Primera, Capítulo 1 está consagrada a Decla-raciones, Derechos y Garantías, donde en sus primeros 43 artículos desarrolla todas los deberes y derechos, pertinentes hacia todas las personas. En la Parte Segunda, Sección Pri-mera está referida al Poder Legislativo y desde el artículo 44 hasta el 83 establece las reglas sistémicas para el funcionamiento de éste Poder del Estado. En la Sección Segunda res-pecto del Poder Eje-cutivo también esta-blece desde el artículo 87 hasta el 107, la misma disposición es-tructural de las fun-ciones de este otro Poder del Estado. Y finalmente en la Sección Tercera está definido el funcionamiento del Poder Judicial, desde el artículo 108 hasta el 129.
Estos tres pilares de las normas y control del Estado, se asientan sobre una Regla de Oro, que consiste en el pleno equilibrio de los mismos, cualquier tras-gresión que altere estas reglas rompen y des-naturalizan los prin-cipios sagrados de la Ley y La Constitución Nacional. El artículo 29 es la más clara refe-rencia respecto de esta cuestión, cuando un Poder delega en otro su exclusiva competencia.
El Estado Consti-tucional de Derecho, es el fundamento esencial de la Ley. Por esto la Constitución Nacional en su artículo 123, sección cuarta, faculta a cada provincia dictar su propia Constitución, como garantía Federal del ejercicio del De-recho. Este orden sisté-mico de armonías en todo el ámbito de la Nación Argentina, determina fundamen-talmente dar cumpli-miento con el «reparto de competencias su-premas del Estado», reiteramos cualquier alteración de de estos principios, es repug-nante para la Ley y el Derecho. Solo es expli-cable en algún gobierno autócrata de turno, donde la comunidad le permita actuar de esta forma.
Finalmente como una apelación a la con-ciencia de nuestros queridos comprovin-cianos y compatriotas, les pedimos que me-diten sus actos y sus expresiones y fun-damentalmente ejerzamos nuestros derechos, pero también nuestras obligaciones ante Dios y la Ley. Como supremos va-lores del espíritu y la ética social.
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JESUS
DE LA CRUZ SANTA
Jesús de la cruz santa,
el de la dulce carita.!!
Cuantas llagas en tu cuerpo!!
Todos los días yo paso,
para verlo en la capilla.
Hoy, quise conversar con él,
con mucha mas detención.
Siempre le pedí paz,
esperanza y fe para mi pueblo.
Le pedí por mi familia,
por la salud y el trabajo.
¿ Sabes Jesús? Hoy en este día,
es distinto y no te asombres.
Miro tu rostro, tus manos y pies.
Cuánto sufrimiento hay en ti. !!!
Como quisiera y ansío,
que esos clavos en tu cuerpo,
se transformen en jazmines,
perfumando a todo el aire.
Que esas llagas tan sangrantes
de inmediato se hagan pétalos,
de fragantes rosas rojas.
¿ Y esa corona de espinas
que lastiman tu cabeza?
retirarla para siempre,
convertirla en una brasa,
que abrigue a muchos niños,
que sienten frío y están descalzos.
Vengo a decirte Jesús,
que hoy yo me animo a
verte Vivo, entre nosotros,
a bajarte para siempre,
de esa cruz que te aprisiona.
—
Perdón, por esta loca osadía,
me gustaría y se que tu
ya lo estás adivinando,
que compartes en familia
este techo con nosotros,
porque tu también eres,
otro hermano que yo tengo
y un amigo inseparable.
Gracias Dios por tenerte
Jesús de la cruz santa
¡ Qué lindo es estar contigo !
Tu me miras y yo comprendo
que aunque estés crucificado
mi hogar estará bendito
con tu presencia divina.
Itel Sur
Autora Puntana