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Enviado por: Carlos Bustos Padovani
¿No hay Jury por ‘pisar’ 7 años un expediente?
Bustos Padovani recuerda la noche en que casi lo mataron. El responsable está libre, mientras la Justicia mira para otro lado San Luis 29-04-11. A partir de hoy y hasta el 1 de mayo, se cumplen siete años de las dos peores represiones policiales al pueblo, que recuerde la provincia de San Luis. El 29 de abril de 2004, un grupo de docentes hacía vigilia en la Legislatura, esperando que los diputados aprobaran el Estatuto del Docente que habían presentado, pero como respuesta obtuvieron una cobarde represión policial, lo que motivó que al día siguiente, miles y miles de sanluiseños recorrieran las calles de la capital, protestando por esa represión. Durante esa noche y la madrugada del 1 de mayo, se desató la peor represión policial de la historia al pueblo puntano, seguida de una cacería de brujas que duró hasta casi las nueve de la mañana del 1 de mayo. Aquella noche del 30, en calle Belgrano a pasos de San Martín, un efectivo policial disparó su escopeta Itaka, con perdigones de goma, a 30 centímetros de la cara de Marcelo Bustos Padovani, poniéndolo al borde de la muerte. El juez Jorge Sabaíni Zapata ‘cajoneó’ el expediente durante estos siete años, mientras que la agente fiscal Elisabeth Giménez se limitó a emitir un dictamen por año, sin cumplir con el rol que le marca la Constitución. En diálogo exclusivo con Periodistas en la red, Bustos Padovani señaló que “es emblemático el Poder Judicial de San Luis, porque alberga dentro de sus paredes una justicia genuflexa, una justicia cagona ante los designios del amo”, en obvia referencia a los hermanos Rodríguez Saá. Sobre esa justicia tan cuestionada en los últimos años, Bustos Padovani reseñó que “tuvo una rapidez de un rayo al abriles causas a opositores al régimen de los Rodríguez Saá, mientras que cuando nos ha tocado a nosotros venir a pedir justicia, se nos ha denegado de manera sistemática”. Para Bustos Padovani, estos siete años “no sólo fueron de padecimientos físico y psicológicos de muchísimos compañeros que estuvieron en aquellas marchas, sino que son compañeros a los que se les ha negado sistemáticamente el acto de justicia”. Respecto del expediente que investiga (¿?) la agresión sufrida por él, rememora que “aun cuando el juez de la causa, Jorge Sabaíni Zapata, teniendo el nombre del responsable del disparo, que se filtra a través de una excelente investigación periodística (publicada por Periodistas en la red el 16 de noviembre de 2006 -ver archivo-), me ha hecho declarar más de una docena de veces y el responsable de la brutal agresión, ni siquiera ha sido llamado para efectuar una testimonial”. Carlos Agüero, es el oficial sindicado en un sumario administrativo de la fuerza como el autor del disparo, a quien según Bustos Padovani “no le vi nunca la cara”. También señala, refiriéndose a que Agüero sigue siendo policía, que “un asesino anda suelto y cuida a nuestros hijos a la salida de las escuelas”. Agüero “fue ‘premiado’ con ascensos sistemáticos y llegó a estar a cargo de la Comisaría de Potrero de los Funes, además de ser custodio de Alberto Rodríguez Saá”. De esa noche, nos hace un relato de cómo ocurrieron los hechos, señalando que “si no hubiera sido por las fotografías que registra Periodistas en la red, mi destino hubiera sido distinto”.
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