lunes, 6 de diciembre de 2010

PARA MUESTRA SOBRA UN BOTON


Populardesanluis@yahoo.com.ar
La situación de la ex Escuela Industrial es similar a la de la mayoría de las escuelas provinciales

Los baños parecen cloacas, vidrios rotos, cañerías tapadas, las aulas dan pena. Todo un cuadro desolador mientras la Sapem se jacta de sus grandes inversiones

Era un día como cualquier otro el de José B. el de hace dos meses atrás; en su Escuela, todos los vidrios rotos, sufrió el frío de siempre; peleó por un banco sano, pujó para poder entrar a único baño y, después de padecer el panorama desolador de siempre, le anunciaron que la Nación enviaba computadoras. El Ejército se las entrego al Director y éste las pasó a los alumnos. Por unos días se olvidaría de la decadente rutina de la periferia.
La situación de José se compadece con lo que sucede en la Escuela nº 9 Domingo Faustino Sarmiento del barrio El Lince ( ex Industrial), donde figura como director el profesor Callegaro y tiene entre su cuerpo docente a la ex ministra de educación Ana María Abrahim. No rompe en lo más mínimo el molde cuasi común de las escuelas de los arrabales de la Ciudad de San Luis, abandonadas a su suerte y sin posibilidades casi de brindar una formación de base a su alumnado, extraído de sectores sociales bajos pero, con posibilidades de mejorar su situación.
Justamente, estas posibilidades de mejorar, dependen en buena parte de que la Escuela cumpla con su función formativa. Hace poco en la Institución se realizó una reunión pedagógica para tratar sus problemas más urgentes; se le pidió allí al director que tramitara los arreglos correspondientes ante la Sapem provincial, que dirige Videla; también que se solicitara serenos, para evitar los continuos robos; luego se desgranaron otro buen rosario de quejas, como reparar el parque de máquinas y mejorar los salarios docentes.
Pero, el director dice que la tramitación ante la Sapem la deben hacer las autoridades de Educación y no es tarea suya. La señora Abrahim, presente, hacía sus aportes, y resaltaba que, con los últimos aumentos los docentes estaban cobrando muy bien. Sin embargo, en tantos años pasados como autoridad educativa, de ministro para abajo, nunca pudo mejorar la situación de esa Escuela.
Y tampoco nadie cree que el mandamás de la Sapem, Ricardo Videla, abandone sus «negocios» en Estancia Grande para esforzarse por arreglar una Escuela pública.
Mientras tanto la situación se extrema, el baño de profesores parece una cloaca abierta y otro excusado solitario debe soportar diariamente a varios centenares de alumnos; visitar la Escuela es como recorrer una zona que parece haber sufrido una guerra. Los meses pasaron y, al día de hoy, no hay ni miras de que la situación mejore.
Desde lo alto de la Terrazas, alguien observa impasible ese edificio, que de afuera parece imponente.
Y adentro refleja todas las aflicciones de la educación puntana

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