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Jacinta Bressano continuaría en la Presidencia y Lucy Cacace iría en reemplazo del concejal Torres
La última licencia fue de martes a viernes de esta semana, para frustrar las dos últimas sesiones –extraordinarias ambas-, del Concejo Deliberante de San Luis. La que pidió las licencias fue la intendente Alicia Lemme, que fue elegida en 2007 por el pueblo de la Ciudad, y juró respetar sus instituciones, para burlarse este último año, en forma inmisericorde, de la principal de ellas. ¡Increible!, crease o no, el sabotaje lleva ya un año, y la señora intendente, que no ha cumplido con casi ninguna de sus promesas electorales, termina el tercer año de su gestión en forma falaz y vergonzosa, burlándose de todo un pueblo.
FALTARON A MÁS DE LA MITAD DE LAS SESIONES
¿Qué se puede decir de concejales que faltaron a casi la mitad de las sesiones anuales del Concejo? Más aun, ¿qué podemos decir de una intendente confabulada con esos concejales que también faltó a 19 de las 35 sesiones, para evitar que el cuerpo pudiera funcionar constitucionalmente?.
Como Ud. verá no hay respuestas que puedan justificar este obrar falaz de esta gestión que, tres años después, debiera rendir alguna cuenta ante los vecinos. A cambio de ello, lo persistente ha sido la inasistencia, para evitar la conformación de las comisiones del Concejo, para que estas no funcionen, para que no se produzcan controles, para evitar que se apresuren y precisen algunas obras, para que no se entregue documentación pública, etc, etc, y otro largo rosario de etcéteras, la gestión de la arquitecta Lemme no ha podido arrancar ni perfilarse, no ha podido vincularse a los vecinos ni concretar el sonsonete de obras prometidas entre las cuales resaltan las 15.000 viviendas. Y entrará en la recta final del último año, apenas si, con la flacura de pavimentos estructurados sin ton ni son y con escasa vida útil.
SABOTEAR EL CONCEJO PARA EVITAR CONTROLES
En su acción de sabotaje al Concejo la intendente contó con una gran colaboradora, la concejal Zulema Rodríguez Saá, gran hermana, que recibió sin merecerlo el cargo de presidente de la Comisión de Hacienda, y de allí, trabó todo su accionar, evitando cualquier tipo de controles, lo que permitió a la intendente y a su familia realizar muy buenos negocios con los asuntos municipales.
El accionar de la oposición, aunque mayoritaria, se vio trabado por la larga ausencia del concejal Francisco Torres. Sin embargo el miércoles pasado el presidente del cuerpo dispuso finalmente la suspensión provisoria de ese concejal y su reemplazo por quién le sigue en la lista, la señora Lucila Cacace, quién debería jurar en la sesión desarrollada en momentos que este número salía la calle.
Mientras tanto, salvo alguna novedad de último momento, la señora Jacinta Lucero de Bressano sería reelecta al frente de Concejo y se cambiarían algunos secretarios por representantes del bloque Dignidad Republicana.
Si la asunción de la concejal reemplazante de Torres se hubiera concretado, nuevos aires de trabajo se traslucirán por el Concejo Deliberante de San Luis. Será entonces el momento en que la concejal Zulema Rodríguez Saá deje la comisión de Hacienda y se pueda hacer un serio seguimiento el presupuesto y las cuentas de inversión.
Y que finalmente la intendente Lemme termine con sus males del juevitis o el martitis, y se aboque a trabajar seriamente por la ciudad.
Después de tres años de divague y desguace, es lo menos que puede hacer.
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