YA EMPEZÓ LA CAMPAÑA DIVISIONISTA

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Proponen una falsa disyuntiva para evitar la unidad dentro de la oposición

Por J. Chiclana
Gran parte de San Luis está en franca rebeldía: choferes en huelga, maestros a punto de estallar, municipales y judiciales descontentos, obreros en la calle por fábricas que siguen cerrando, dueños de taxis pidiendo aumentos, vecinos con insufribles problemas de agua y cloacas. Una encuesta seria da un descontento del 63 % al gobierno de Alberto Rodríguez Saá; e inclina simpatías totales de un 72 % para apoyar a los maestros en su conflicto.
En su soledad y progresiva orfandad hay solo una cosa que desvela a los Hermanos -que hace 27 años tienen el poder en San Luis-: evitar a toda costa que los opositores se junten. El año que viene se decide la gobernación y ya van dos veces que don Alberto fue electo y reelecto, sin tener oposición. El año próximo puede ser decisivo; y la unidad opositora puede producirse en el peor momento de los Rodríguez Saá.
PRIMERA ESTRATEGIA PARA EVITAR LA UNIDAD OPOSITORA
La primera estrategia para evitar la unidad opositora ya está trazada. Sucede que las fuerzas contrarias, que igualaron prácticamente en las elecciones del año pasado a las del PJ-PUL, están configuradas por dos grandes sectores, uno es el radical, dividido en dos partes, y otro el de peronismo disidente, que participara del comicio con la sigla Más Vocación Sanluiseña.
Para evitar el acercamiento de estas fuerzas ya está establecida una campaña desembozada del oficialismo y que consiste en avergonzar a los radicales por una posible alianza o acercamiento al «kirchnerismo»; lo que significa en buen romance, y en forma descarada, colocar los temas nacionales –muy controversiales- sobre todas las situaciones provinciales, y LOS PROBLEMAS GRAVES QUE A DIARIO AQUEJAN A LA GENTE DE SAN LUIS.
El drama de San Luis, para el dúo que gobierna, serían los hombres «K», y en esa calidad los comunicadores oficialistas engloban a todo político de realce que forme en el peronismo disidente y que tenga un puntaje superior a dos sobre cien.
Predican sin ponerse colorados que los radicales no «deberían» unirse a los peronistas disidentes. Si la estrategia de los R. Saá progresa, la unidad opositora del año próximo será una triste e impracticable utopía.
SAN LUIS Y UN PROYECTO DIFERENTE
El año próximo deberían pujar dos proyectos en San Luis; uno sería el «proyecto» familiar, minúsculo y sectario, de los hermanos Rodríguez Saá; otro debería ser UN GRAN PROYECTO PROVINCIAL, COMPLETO, INTENSIVO Y ABARCATIVO. Este deberá ser protagonizado por la unidad opositora; y deberá tener por objetivo, sujeto y partícipe a todo un pueblo.
Deberá ser REPARADOR –como solía decir Yrigoyen-, de tantos años de incuria, saqueo y autoritarismo; y deberá ser de corte social y laboral, como quería Eva Perón. Deberá tener por base, si duda, grandes coincidencias sobre la ETAPA DE TRANSICIÓN cuando, caídos los Hermanos, haya que proceder a elaborar una nueva CONSTITUCIÓN y se terminen para siempre en San Luis los gobiernos de familia, que han martirizado a nuestra provincia en los últimos 150 años.
NO RENEGAR DE NUESTRA PATRIA
Y deberá ser, fundamentalmente, un proyecto para avanzar con la Nación Argentina, con el orgullo de sentirnos parte de una comunidad social, no importa quién gobierne. Habrá desencuentros sin duda pero nunca puede volver a repetirse lo de los alambrados de la gran estancia conservadora. Hemos estado apartados de la Nación durante diez años (1999-2010), justo desde el triunfo de De la Rúa. Y eso se ha sentido mucho: se terminaron los planes de vivienda, las industrias se fueron yendo, la provincia de a poco se fue atrasando entre sus pares; lo sabe cualquiera que ha podido recorrer las provincias vecinas. Los datos sociales y productivos de San Luis solo pueden actualmente compararse con el noreste, la zona más pobre de nuestro país.
Esta situación debe terminar; se quiere tapar con mentiras colosales, como que en San Luis todos los niños tienen su PC, o contamos con los mejores salarios docentes, o que no hay desocupación.
LA UNIDAD POR SOBRE TODO
La oposición deberá unirse. Dejar en segundo plano los temas nacionales, lo que no quiere decir ignorarlos. E interpretar el sentido más profundo de los deseos de la gente de San Luis: ¡basta del «proyecto» familiar!
¡Basta de colocar a una familia sobre los intereses de todo un pueblo!—