La Eutanasia

Relatos verídicos por:
Dr. Mario R. Filippa
Médico rural
El hombre, ya anciano, me miraba con sus ojitos hundidos en su cara surcada por las
arrugas de campesino curtido. La cama era un mar de pus que salían de sus escaras
de decúbito, debilitando aun más su cuerpo corroído por un cáncer terminal. La familia y amigos lo rodeaban compungidos y tristes. Entre ellos se turnaban para alejar las moscas que acechaban triunfales. La tarde caía en ese verano ardiente de ese pueblito de San Luis. Lo habían puesto en el patio de atrás de la casa,»para que este mas fresco» donde los últimos rayos del sol, iluminaban su rostro noble y el brillo de esos ojos que se movían interrogantes. No querían internarlo en el Hospitalito en el que yo era medico único y director a la vez. Allí podríamos atenderlo un poco mejor
Pero ellos querían que muriera en su casa, como el había pedido.
¡Acórtele el sufrimiento doctor! me dijo una mujer al oído, Yo no sabia si era la esposa, hija o alguna amiga.
¡Acórtele el sufrimiento doctor, pongale una inyección para que se corte! Nosotros no vamos a decir nada. ¿No ve que se muere? Mis ojos estaban hipnotizados por los del viejo. Querían que lo mate. Me aseguraban impunidad.
¿Que hacer?
Mi alma en pocos segundos voló a Córdoba, a la Universidad a mis libros, a la Cátedra de Medicina Legal. A mi padre.:»La eutanasia activa y pasiva en la Republica Argentina esta prohibida por ley y el medico que la practique en cualquier circunstancia, la viola, y debe ser juzgado y condenado».
Esas palabras, como las de la mujer, repercutían en mi cerebro. Solo los ojitos vivos del Viejo me interrogaban como un animalito indefenso.
¿No ve que se muere?
¿Qué hacer?
Por supuesto que los deje a todos sin decir más que el tratamiento y algunas palabras de aliento. Solo al viejo toque con respeto su mano y su frente. Me aleje callado y silencioso como una sombra.-
Si yo hubiera podido sacar de su cuerpo esa maldita enfermedad… si hubiera podido.
Ya hace más de 25 años que sucedió esto… y no me olvido.-
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