martes, 10 de febrero de 2009

Ayer hubo otra marcha


Ayer hubo otra marcha por el asesinato de Jairo गोंजालेज

San Luis. «La última marcha va a ser cuando veamos a los dos policías juzgados por el crimen de mi esposo» sentenció María, la esposa de Jairo Gonzalez cuando un periodista le preguntó hasta cuándo piensan seguir marchando.
«Si tenemos que hacerlo durante un año o dos, no nos importa, no vamos a bajar los brazos, sabemos que somos muchos, que todo el barrio José Hernández nos acompaña» agregó luego.
Los hermanos de Jairo son varios, su madre, la suegra, los sobrinos, los amigos de la banda y otros amigos se suman de tramo en tramo a la marcha que han jurado realizar sin claudicar, todos los lunes desde las 19 hs desde el B° José Hernández, pasando luego por la Comisaría Sexta, por Av Lafinur entrando por la diagonal Illía, entre turistas y vecinos hasta llegar a la Plaza Pringles donde ofrecen algunas palabras a la prensa y luego se retiran pacíficamente.

La vida se le fue en manos de los policías

A Jairo le disparó el oficial Gabriel Garay Lepes en presencia de otro policía, Diego Coria y María Guerra, su esposa, con quien estaba discutiendo en la puerta de su casa en estado de ebriedad en el B José Hernández el pasado 28 de diciembre a las 9 de la mañana. A partir de allí, todo fue envuelto en una telaraña de embustes pergeñados por la misma policía y el tibio accionar de la Justicia; llegando a tal irracionalidad jurídica de dejar en libertad a los acusados con el argumento de que «no tenía intención de matar»!.
Tal vez lo grave de todo, no sea el propio caso policial; sino que lo grave ahora será la jurisprudencia. Ya que con este fallo, cualquier policía podrá matar a cualquier ciudadano, sabiendo que la Justicia lo absuelve. Terrible San Luis!!.
Otro aspecto tragicómico que ha tenido que sufrir la familia de González son las versiones desatinadas de toda índole, tales como que «era un violento» o «un golpeador». Ahora salen a decir por lo bajo, que los familiares han sido comprados con cargos.
María, quien presenció la muerte de su esposo, expresó ayer al Popular que desde el Gobierno sólo le han hecho la promesas de darle un cargo de ordenanza en la escuela donde asiste el hijo de Jairo; que en las palabras del ministro Daniel Poder le dijo que no lo tomara como un «condicionamiento», sino que era lo mínimo que le podían dar ya que era Jairo era empleado del Plan de Inclusión. Pero remarcó, que sólo han sido promesas, ya que hasta ayer aún faltaba la firma del Gobernador Rodríguez Saá.
«Yo soy sola, con mi hijo vivimos de una miserable pensión de $300» si me dieran sin condicionamiento ese trabajo, debo aceptarlo; pero eso para nada va a condicionar el justo reclamo de justicia. Eso no puede ser una extorsión para callarnos», dijo.
Para la marcha del próximo lunes, piensan invitar a otros vecinos de otros barrios, como así también a funcionarios de organismos nacionales como lo son los miembros de INADI San LUis, Observatorio de Derechos Humanos, Defensoría del Pueblo de la Nación y a miembros de la APDH seccional San Luis.

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