Preocupados por seguir de cerca la carrera de fórmula internacional, y antes por el festival de cine, y antes por otras cosas, hace años que los Rodríguez Saá no entienden que San Luis está sufriendo una seria crisis, por su impericia y por la pérdida de la promoción, y que necesitan accionar con medidas rápidas y efectivas. Antes fue la situación de empresas que se iban a Brasil y de la tintorería Pagoda.
Ahora son numerosas las fábricas en conflicto y las que ha suspendido y cesanteado trabajadores. Las empresas Lanín y Dánica han suspendido trabajadores y otros se encuentran cobrando un salario inferior. En la última hay 28 personas cesanteadas.
En los supermercados y negocios de San Luis todos los días se produce desocupación, Ribeiro dejó afuera a 16 empleados la semana anterior, otros supermercados igual. El Easy, se rumorea, está a punto de cerrar.
El gobierno no ha hecho nada, para colmo la provincia no tiene banco porque lo remató en la época de las privatizaciones de menemismo, del cual eran socios. No hay ahora quién pueda salir al rescate de empresas y fábricas; ¡las Pymes de San Luis están en crisis terminal!.
Quizá sea cierto el rumor que más que empleados u obreros que ganen 1.200 $ por mes, los Rodríguez Saá necesitan “picos y palas” que se conformen con la mitad. Cambiar obreros, que se puedan politizar rápidamente, por el clientelismo del empleo basura sigue siendo muy buen negocio en algunos lugares de la Argentina. San Luis sigue siendo el principal.
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