lunes, 11 de junio de 2012

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EDITORIAL
LA ERRANZA COMO FORMA DEL ENTENDIMIENTO
 Este sustantivo femenino, «la erranza» es  empleada frecuentemente en la filosofía, para señalar o distinguir cuando el pensamiento o el obrar humano se manifiesta, como forma equivocada de proceder o  de entender múltiples cuestiones. Es andar vagando de una parte a otra. Es divagar en la concepción de ideas, la atención, la imaginación, en síntesis es equivocarse y engañarse a uno mismo. Ahora bien, si aplicamos estos conceptos a nuestra cotidiana vida y formas de convivencia social, tenemos la obligación ética y moral de formularnos un interrogante fundamental a nosotros mismos, ¿de donde provienen nuestras ideas, donde nos informamos, a través de cuales diálogos o referencias vamos formando nuestra opinión y criterios?. De esta interrogación y pertinente respuesta, va surgir sin dudas un mayor abarcamiento de nuestros pensamientos y formas de entender el mundo y la vida. Efectuadas estas preliminares consideraciones, trataremos de dar un ejemplo de carácter informativo respecto de lo que  esta ocurriendo en el país, sobre dos temas candentes y de mediático tratamiento periodístico. Uno de ellos es el tema del «dólar», moneda de los Estados Unidos cuyos billetes circulan por todo el planeta, como medio de pago en la mayoría de las operaciones comerciales que realizan los 250 países jurídicamente constituidos. Pero también intervienen otras monedas como son el «euro» que es el signo monetario de la comunidad europea, la «libra» de los ingleses, o el «marco» de Alemania, etc. Pero en nuestro país se da el fenómeno en que el «dólar» es casi una moneda corriente, registrándose el absurdo caso en el cual, somos el segundo país del mundo que usa esta divisa monetaria, con 1330 dólares por habitantes en promedio. Este dato no se da en Brasil ni en otros países de Sur América. Es decir, que al haber encarado el gobierno nacional la iniciativa de «desdolarizar» el sistema financiero, obviamente afecta a los ahorristas que siempre se refugian en esta moneda, como así también a los especuladores  que transfieren hacia el exterior sus ganancias, en vez de dejarlas en nuestro país y realizar operaciones corrientes, como son las inmobiliarias, en moneda nacional.
La otra cuestión que hay que distinguir con claridad, es la referida al significado que tienen los esquemas 
financieros de los de carácter económico. Ambas materias generalmente se las confunde y son absolutamente distintas en cuanto a su razón y función. Las finanzas tratan todos los temas vinculados al flujo monetario, la circulación del dinero, las distintas operatorias y tratamientos interbancarios, las cotizaciones de monedas, los múltiples sistemas de pago, transferencias de dinero interno y externo de cada país, en síntesis todo lo que esta referido al valor fiduciario o monetario internacional y de cada país. En cambio los esquemas económicos están referidos a la producción de bienes y servicios que cada estado realiza mediante el trabajo de sus habitantes, lo cual se mide en su P.B.I. producto bruto interno, como así también P.B.I. mundial. Para el caso que nos ocupa a los argentinos existen en este momento problemas financieros por esta lucha que hemos descripto, al que se suma el tema de la inflación, que seguramente se irá resolviendo en la medida que se avance en su corrección. Pero fundamentalmente es consecuencia de la decisión del gobierno nacional de cambiar esta matriz productiva mediante la «sustitución de importaciones», medida que resulta muy importante pues significa una fuerte defensa de la industria nacional, cuestión que afecta a los proveedores y ciertos insumos industriales, donde hacen grandes negocios con la importación. Esta política hizo que se crearan nuevas empresas y permitió que las existentes pudieran agrandar su producción. Según los informes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), y del Ministerio de Industria, ya hay 300 parques industriales en todo el país donde funcionan 8000 nuevas fábricas que dan trabajo genuino a más de 340.000 personas. La cosecha de más de 40.000 toneladas de soja, el revalúo de los campos, que hace varias décadas no se toca  permitirán incrementos de orden fiscal e ingresos que para sostener el aparato productivo y la continuidad de la obra pública y privada. Comprovincianos estos son datos reales no permitamos que la confusión, o la tergiversación en la información nos hagan caer en la «erranza». Analicemos atentamente nuestra realidad, mucha fe y esperanza en Dios.                              

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