En Bruselas, la capital de Bélgica, donde funciona la sede principal de la Unión Europea (UE), integrada por veintisiete estados del continente europeo, se han sucedido en estas últimas semanas, trascendentales reuniones de sus embajadores y recientemente la de los presidentes de estos veintisiete países, que integran este supra-estado continental. Entre los acuerdos alcanzados, dos tienen un significado y una proyección especial para el futuro político y económico del mundo. El primero ya lo habíamos anunciado en nuestras editoriales, cuando dijimos que: “No podía sobrevivir el Euro como moneda estándar, sin elprevio acuerdo de la unidad fiscal”, tema éste de carácter financiero. Pero esta falta de complementación se da también en otros planos, sean ellos de carácter cultural, económico, productivo, social y tecnológico. La segunda cuestión que en estos días ha conmovido, es la decisión tomada por los embajadores de la Unión Europea al haber aprobado y hacer efectivo el embargo en la compra del crudo procedente de Irán, prohibiendo de forma inmediata la firma de nuevos acuerdos petroleros hasta el próximo 1 de julio de 2012. Además se congeló los activos y el bloqueo completo del Banco Central iraní que están en la (UE). Con la previsión de continuar en parte, al solo efecto de cobrar las deudas pendientes entre los iraníes y los países europeos, permitiendo de esta forma ser cobradas.Este brusco cambio en las relaciones bilaterales con el gobierno de Irán, que preside Mahmoud Ahmadinejad y la (CE), está sujeta a dos condiciones: la primera es la inmediata suspensión del programa nuclear – que incluiría la fabricación de una bomba atómica- según los informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (Oiea), que certificó el día 9 de enero pasado, que Irán está enriqueciendo uranio al 20% en la planta de Fordo, a unos 160 kilómetros de Teherán. La segunda cuestión es la amenaza del gobierno de Irán de bloquear el paso por el estrecho de Hormuz en la entrada del Golfo Pérsico, que es la principal ruta de provisión de petróleo hacia Occidente, pues por allí se trasladan entre 15 y 17 millones de barriles diarios de combustibles, procedentes de los países productores. Lo que representa el 40% de las exportaciones mundiales. Donde solo Irán exporta hacia Europa 700.000 barriles diarios. Este anuncio lo efectuó el vicepresidente de Irán Reza Rahimi, ante un eventual embargo petrolero el pasado 27 de diciembre, con el pretexto de realizar una serie de maniobras militares entre los meses de enero y febrero. Lo cual parece tener una intención disuasiva solamente por ahora, atentos al hecho que el paso aún continúa sin ser bloqueado por parte de Irán.
Ahora bien, el primer impacto que se percibe, es el incremento de los precios del petróleo, que ya superan los US$ 111 por barril y plantea una gran dificultad para la recuperación económica mundial. No le será fácil reemplazar en un corto plazo a los europeos, este tradicional proveedor y en los Estados Unidos también se le complica la situación, por su delicado comercio de combustibles con Venezuela, que preside Chavez y es un aliado estratégico de Irán con su presidente Mahmoud Ahmadinejad. Quien en su reciente gira por
Hispanoamérica en una visita a sus cuatro países “amigos”- Venezuela, Cuba, Nicaragua y Ecuador- pretendió ser recibido también por la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, quien no lo recibió, fracasando en su intento de lograr acuerdos estratégicos para desestabilizar la región. Pero el más delicado tema internacional, desde el punto de vista militar, lo está generando por estos días Inglaterra, en razón del envió en los próximos meses, de uno de sus buques de guerra más modernos que posee la flota británica, el “HMS Dauntless”, un destructor de clase 45 que puso en servicio en 2010, para reemplazar a la fragata que recientemente realizaba patrullaje en zona de Malvinas el “HMS Darging” gemela de esta y que actualmente viaja con destino al Golfo Pérsico, ante las crecientes tensiones generadas por parte de Irán, de intentar bloquear el estrecho de Ormuz.
Recordemos que el próximo 2 de abril se cumplen los 30 años de la guerra de 74 días, en la que murieron 649 argentinos y 255 británicos y que terminó con la rendición por parte del gobierno militar de facto, del Gral. Fortunato Galtieri. Esta delicada situación con la cual someten las actuales negociaciones bilaterales, los ingleses, respecto de su “soberanía no negociable” manifestadas por parte del Gobierno Nacional de nuestro país. Esconden la probada intención de negociar también, las importantes reservas petroleras, gasíferas y minerales que esconden en su plataforma submarina Las Islas Malvinas. Tema este que ya tratamos en nuestra anterior Editorial. Pero que ante la creciente crisis que se está desarrollando en Europa, por el tema de los combustibles, cobra un valor fundamental en las nuevas estrategias geopolíticas y económicas del viejo mundo con relación a Hispanoamérica. Esta crisis global tiene un beneficio, toda vez que nos permite madurar nuestra conciencia nacional y regional, para de esta forma impedir que se cometan nuevamente errores, que tanto dolor, esfuerzo y riquezas han costado a los argentinos. Fe y esperanza en Dios para el futuro de la Patria.
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