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La pobreza que no se ve
INFORME: María Soledad del Valle Rodrigues A,

(PopularDsL). De Norte a Sur, de Este a Oeste, San Luis se ve afectada por la pobreza generalizada, que a diferencia de otras provincias, tiene una tendencia decreciente causada por la miopía de gobernantes que se niegan a ver la realidad por causas netamente políticas proselitistas.
Según los datos del último censo, San Luis es una de las 4 provincias del país que todavía no llega al medio millón, precisamente somos 431.588 habitantes; 213.000 hombres y 217.000 mujeres.
Comparando estas cifras con los censos del 91 y el del 2000 se ve que el crecimiento poblacional ha caído significativamente. El crecimiento poblacional entre el 91 y el 2000 fue de 81.000 personas, mientras que entre el 2000 y el 2011 fue de 63.000. Es decir que hubo una caída de casi 20.000 personas, agravando este cuadro de situación, los altos índices de precarización laboral y ausencia de fuentes genuinas de producción.
Los barrios más pobres pueden verse desde la vera de las fastuosas rutas.
Al Norte, en el Barrio Eva Perón anexo 5, existen unas ciento sesenta familias literalmente hacinadas. Sin goce de ningún beneficio, sin agua, sin luz, corriendo todos los peligros de pestes e infección.
En el informe realizado en enero de este año y publicado en El Popular de San Luis por la ONG «Eco cultura« presidida por Luís Vega Vergara, se señalan las condiciones infrahumanas en las que viven los habitantes del lugar.
En su análisis, la ONG resalta la falta de servicios básicos de las viviendas, que son ocupadas en su mayoría, por familias con menores de edad que comparten un pequeño espacio habitacional.
Alrededor de 1080 personas, de las cuales el 60 por ciento son menores de 18 años; el 80 por ciento de esas personas viven en condiciones deplorables.
Las viviendas son muy precarias, de polietileno, de cartón o chapa, sin puertas ni ventanas, baños al aire libre (letrinas), etc, etc.
La brújula gira hacia el Este
Al Este, hay dos barrios olvidados: Virgen de Luján y Tibiletti. Allí el transporte público se corta a las 18 horas, la luz pública es un lujo de algunas esquinas, la inseguridad es alarmante, hasta el cura mantiene la Iglesia cerrada y desde hace varios meses no se abre ni por bautismos.
De fondo se observa una panorámica y un contraste doloroso por la realidad que no se quiere ver: la imponente pirámide de Terrazas del Portezuelo; debajo, unas 250 familias viven hacinadas, en casas de lona y el patio es un pedazo de tierra bordeado de restos de construcción de la fastuosa autopista.
El lejano Oeste comparado con el 9 de Julio podría considerarse zona residencial.
En esta zona, se percibe el fuerte olor de las cloacas que desembocan por allí, basurales mezclados con nylon y cartón que son refugio de personas que viven en un nivel de pobreza inimaginable.
En el Sur también
En otra punta de San Luís, al Sur, un reciente asentamiento de unas 12 familias en el Barrio Estrella del Sur. Allá donde era el viejo basurero.
Al cierre de esta edición dichas familias esperaban una respuesta del Gobierno y del Poder Judicial, ya que se los acusa de usurpación.
Gente humilde que según dijeron no quieren más que la posibilidad de edificar algo para vivir, ya que no pueden pagar alquileres ni de $200.
Obviamente que erigen allí, con palos y cartones, sólo refugios; suficientes para paliar semejante nivel de pobreza.
En el Centro, la cosa no es mejor
En las principales calles, el tránsito es fluido solo en horarios pico, luego el paso de los vehículos es de uno por cada varios minutos detrás del otro.
Hay comercios que la pasan vacíos, varias horas del día; otros zafan con dos o tres clientes nada más.
En los últimos meses la situación se ha observado con mayor rigor, e incluso en los grandes supermercados hay una clara baja de clientela, ya que los cajeros están bastante relajados después del 10 de cada mes.
En las noches, el cuadro es casi una postal de un San Luis que no lo era. Los cartoneros y linyeras de distintas edades conforman una triste panorámica de un San Luis que no se quiere ver.