domingo, 11 de abril de 2010

PROTESTA TRIUNFAL

Populardesanluis@yahoo.com.ar
Opinión Por Jorge Daffra

En la San Luis gobernada por una misma familia durante 27 años, desde el reinicio de la democracia en 1983, se han registrado: paros, marchas, protestas, asambleas, manifestaciones y quejas de todo tipo, ya sean estas sectoriales, parciales, unificadas o de cualquier naturaleza.
De distinto tenor, de la mas variada exteriorización, a veces pacíficas otras con mayor vehemencia.
El gremio docente, nunca representado en un sindicato único, a lo largo de estas casi tres décadas, realizó demandas, acompañó luchas, propuso paros, y junto con esta mecánica, llegaban frustraciones por los casi insignificantes logros alcanzados. El poder omnímodo de los Rodríguez Saá, siempre manifestado a partir del autoritarismo, cuando no pudo desactivar la queja, buscó, como todo régimen totalitario la más variada disponibilidad de recursos deleznables para acallarlos: sembrar de intriga, intentar dividir los frentes gremiales, reprimirlos, amedrentarlos, descontarles los días no trabajados en forma por demás arbitral, trasladarlos, despedirlos, utilizar los medios de comunicación masivos a su servicio para confundir al resto de la población.

Pero esta vez, los gremios con el apoyo y presión unánime de sus bases resolvieron cambiar la metodología, unificaron la protesta, más allá de las diferencias sectoriales, tragaron saliva y sapos, conocían de traiciones y claudicaciones, imaginaban que la tarea de llevar adelante un paro por "tiempo indeterminado", iba a resultar traumática, dificultosa para darle continuidad en el tiempo si desde el poder gubernamental no se encontraban respuestas, sin embargo sabían que no podían detenerse: era "ahora o nunca".
Hicieron durante 40 días: asambleas, marchas, cortes, juntas en plazas, levantaron carpas. Pero hubo una manera formidable de vencer las barreras que les levantaba el gobierno: la toma de conciencia, el trasladar el conflicto al pueblo, el aprovechar el magnifico medio de los servicios electrónicos, fundamentalmente Internet para unificar discursos, para llegar a cada rincón de la provincia su palabra, para aclarar dudas, para justificar el paro. Y dónde las cosas no estaban demasiado claras, sus referentes se trasladaron, acompañaban a sus colegas y afiliados, los participaban, en esto el gremio de ASDE de Villa Mercedes fue un ejemplo.

Hoy 11 de abril con la disposición de levantar el paro, bajo condición que el miércoles 14 se reúnan los gremios con el gobierno para empezar a ver como se atienden sus requerimientos. Resulta esta instancia una tregua fundamental que los maestros sostienen, siempre y cuando el dialogo se muestre serio y con amplitud de criterios, y no con la soberbia que hasta el momento ha demostrado el gobernador Alberto Rodríguez Saá, quien nunca apareció para atender las peticiones docentes.

La arrogancia de un gobierno sordo e insensible, hizo que el conflicto se extendiera, bastaba con escuchar y dialogar, característica inaudita para una administración acostumbrada a avasallar las instituciones.
Hoy, a partir del conflicto, hay una sociedad que se despertó para interiorizarse qué era lo que pasaba con la Educación, pilar irremplazable en toda sociedad democrática. A pesar de los intentos del gobierno por desactivarlos e intentar poner al pueblo en contra de los demandantes, no encontró respuesta alguna, por el contrario hubo acompañamiento, el resto de los ciudadanos mayoritariamente saben que el reclamo es justo.

Se ha alcanzado un logro no menor, hay un pueblo expectante de lo que decidan sus educadores, si no se encuentran respuestas en las reuniones pactadas, el paro retornará y el desgaste de la medida será única responsabilidad de un gobernador despótico que se presume invencible, ignorando tal vez, que hay pueblos que tardan más que otros en rechazar conductas inauditas y humillantes, pero inexorablemente se deciden a pelear por su dignidad.

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