Juan Aman sigue recibiendo facturas de Rentas por su demolida vivienda después de un año y medio
San Luis (Pelr) 24-02-10.
Días atrás llegó al domicilio paterno de los Aman una actualizada boleta de la Dirección de Ingresos Públicos que fabula deudas inmobiliarias de la aparente ‘quimérica’ vivienda de Juan Aman. A nueve meses de la demolición, una inspectora de la gestión ‘diferente’ de Ignacio Arteaga (ex intendente de Potrero de los Funes) intentó cobrarle impuestos municipales por $3.000. Aman sostiene:» me robaron y pretenden seguir estafándome».
La expropiación de sus dos terrenos y la demolición de su vivienda se ejecutaron el 23 de octubre del 2008 para incrustar tranquilos, allí, toneladas de concreto de un autódromo que haría de Potrero de los Funes, Mónaco. Estrambótica promesa.
«El 29 de julio del 2009 mi papá estaba internado con un infarto en un sanatorio local, cuando regresé a casa por un minuto y me encontré con la novedad de que desde el Municipio de Potrero de los Funes habían localizado el domicilio de mis padres para pretender cobrarme una deuda de $3.000 (tres mil pesos), nueve meses después de que me habían tirado todo. La inspectora no tuvo mejor idea que preguntarme cómo iba a hacer para ponerme al día».
A Pesar de haber hablado en Rentas las boletas siguen llegando
No obstante, luego de haber superado el ‘problemita’ municipal y a un año y medio después del despojo, la Dirección de Ingresos Públicos le sigue reclamando al desalojado una deuda apócrifa y enviando facturas por los dos inmuebles que el gobierno de Alberto Rodríguez Saá le arrebató. El monto de las dos facturas suma $334, 94 (trescientos treinta y cuatro con noventa y cuatro pesos).
«Me robaron y pretenden seguir estafándome, es una burla que después de un año y medio y a pesar de haber hablado en Rentas sigan cobrándome como si la propiedad existiera, tienen un descontrol total de la situación. Esto demuestra cómo el gobernador Alberto Rodríguez maneja la provincia. Es sólo un personaje mediático que pretende ser presidente de la Nación. Personajes como él y Bassi (polémico interventor de Vialidad Provincial) y los responsables de la obra en el Potrero nos dejarían sin país en un par de días».
Para Aman llegarse hasta el Potrero es una tortura
Aman, cuenta que llegarse hasta el Potrero le significa una tortura y cuestiona el consabido hecho que no siendo ni el primero ni el último al que le expropiaron, el circuito es apenas una obra obsoleta que le costó demasiados millones a los dineros públicos, parte importante del patrimonio personal y en algunos casos, todo el capital, a los expropiados.
Un circo bien armado: Orlando (actual intendente de la localidad) era autoconvocado y ahora aplaude el circuito. «Ver que donde estaba situada mi propiedad el intendente actual, como avalando el Circuito y en una actitud de obsecuencia a pleno, ha creado un supuesto Paseo de Artesanos y un rincón para los niños, me duele. Me genera demasiada impotencia el hecho de no poder luchar contra un circo tan bien armado», lamentó Aman y recordó que antes del 23 de octubre -fecha de demolición de la mencionada vivienda- Orlando participaba de las reuniones de los Vecinos Autoconvocados de Potrero y se mostraba abiertamente en contra de las expropiaciones, llamaba a los New Yérsey, mamotretos y era uno de las caras mediáticas que se oponía a los abusos.
«Sin embargo, ahora organiza eventos, exposiciones de artesanos, juegos para niños y fiestas populares en el circuito como sacando provecho de algo que nos dolió demasiado».
Presiones, llamados telefónicos, constante invasión de visitas indeseadas y el ultimátum de la maquinaria pesada que concluyó en la sentenciada demolición fueron algunas de las situaciones por las que atravesó el damnificado. No obstante, por ahora debe seguir lidiando con la cuasi burla del Estado que no hace sino comprobar el inverosímil funcionamiento del sistema.
La espectral morada de Aman sigue generando deudas al Estado provincial. Al mismo Estado que con cara de piedra y en nombre de la cruzada: «Circuito Internacional Potrero de los Funes», primermundista, violentó y violó la propiedad privada de muchos vecinos, bajo la excusa -que se fue por el excusado- de: «bien común» que dictamina la Constitución y en nada sustenta la obra del Potrero.
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